LOS ENTRENADORES EXTRANJEROS EN EL VOLEIBOL MEXICANO

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Por Raúl Arízaga

A través de los años, desde el siglo pasado, un grupo de entrenadores extranjeros han trabajado al frente de las Selecciones Nacionales en Voleibol. En este caso describiremos a los que a nuestra consideración, han sido los mejores, ya que han generado cambios significativos a favor del Voleibol de México.

En esta ocasión nos referiremos a los que han dejado escuela que ha prevalecido a través de las décadas, tanto con sus enseñanzas desarrollando al Voleibol como favoreciendo a la comunidad, promoviendo valores poco atendidos en ocasiones por otros especialistas.

El primer técnico que mencionaremos es el Dr. Gabriel Cherebetiu Domsa originario de Rumania quien fue contratado para trabajar en la organización de las selecciones rumbo a los Juegos Olímpicos de “México 68”.

Profesionalmente formado en Rumania en el área de la cultura física y la medicina, ex jugador de la Selección Nacional de su país, llegó a mediados de los años sesenta. Un gran caballero, amable, honesto y educado, así se conducía dentro y fuera de las canchas. Comenzó a trabajar en la integración de las selecciones femenil y varonil, quedando posteriormente como responsable solo del equipo masculino.

Durante su estancia en los años sesenta, escribió libros relacionados con la Teoría del Entrenamiento Deportivo, en el que se trataban aspectos físicos, técnicos y tácticos de todos los deportes, y otros textos exclusivamente de Voleibol.

Su principal preocupación era la pulcritud y eficiencia de las acciones técnicas y su incorporación a la táctica, así como la seguridad para conservar la salud a través del deporte.

Logró integrar una selección mexicana con jugadores altos novatos y veteranos, la cual se desempeñó de forma trascendental en los Juegos Olímpicos, conquistando el mejor resultado olímpico hasta la fecha. Parte de su trabajo era la estadística y el control del rendimiento de los seleccionados, sucumbieron cerradamente contra las principales potencias del mundo, perdiendo 1-3 frente a: Rusia (Campeón Olímpico), Brasil y Estados Unidos y 2-3 frente a Bélgica. Loa mexicanos obtuvieron en “México 68” el 10º lugar.

El Doctor fue presidente de la Comisión Médica de la Federación Internacional de Voleibol y actualmente se encuentra como responsable del área de Fisiología Cardiovascular del Hospital Ángeles del Pedregal.

En la rama femenil otra gran persona Stanislaw Poburka, estuvo al frente del seleccionado, oriundo de Polonia, cuando era un muy país afectado por el estalinismo y la segunda guerra mundial. Implementó su trabajo en un esquema similar al del Dr. Cherebetiú en diversas facetas, ya que existía gran cooperación y relación en su trabajo. Poburka logró vincular la técnica de cada jugadora de acuerdo a sus capacidades individuales, cuidaba la integridad física de las jugadoras, ya que ninguna sufrió lesiones de rodilla, lo que era muy común en muchas selecciones de otros países, no aceptó recomendaciones ni imposiciones, desarrolló a las mexicanas de tal forma que obtuvieron el 7º lugar Olímpico, perdiendo siempre en cerradísimos encuentros, logrando vencer a Estados Unidos que quedó en 8º. 

Sin duda alguna son los mejores resultados Olímpicos obtenidos en ambos géneros en toda la historia del Voleibol de México.

Posterior a los Juegos Olímpicos, la inercia del trabajo del Prof. Poburka permitió que México obtuviera las últimas medallas de oro en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe así como en los Norcecas a principios de los años setenta.

Poburka a partir de 1974 se trasladó a dirigir equipos en la liga nacional de Polonia, en la que obtuvo varios campeonatos.

Habiendo obtenido México la sede para organizar los Campeonatos Mundiales en 1974, primera ocasión en la que en un país se jugaron simultáneamente en ambas ramas, se contrataron a 2 entrenadores coreanos, promovidos por la Federación Mexicana de Voleibol, Park Ji Kuk que asumió la responsabilidad de dirigir al equipo femenil, teniendo como preselección base a las seleccionadas de 1968. El maestro Park, había estudiado y trabajado el Voleibol en Japón, por lo que sus orientaciones de trabajo tenían el acento asiático, con la rapidez en la defensa y el ataque, así como un gran espíritu de combatividad, su disciplina y trabajo esmerado, permitió alcanzar el 10º puesto en el Mundial de “México 74” jugado en Guadalajara y Monterrey. 

A nivel de Selecciones Nacionales juveniles, Park Ji Kuk obtuvo los mejores resultados en la historia de mundiales, participando en “Brasil 77” se obtuvo el 6º lugar y en “México 81” el 4º. 

En la rama varonil Shim Jae Hwa, originario de Inchon, Korea del Sur, quien fue condecorado en su país como veterano de la guerra a los 14 años de edad, llegó a México en enero de 1974 a dirigir al seleccionado, solo unas semanas antes de los Juegos Deportivos Centroamericanos.de “Santo Domingo 74”, en los que se obtuvo medalla de plata.

La disciplina, el sacrificio, la lealtad y el espíritu de combatividad fueron los principales valores, ligados al juego rápido y la preparación física específica intensa, permitieron a Shim Jae Hwa conseguir 2 de las 3 medallas de plata ganadas por México en la historia en los torneos Norceca, sumándose a la obtenida en 1969,  

En el Mundial de “México 74”, se obtuvo el mejor resultado en la historia, al obtener el 10º lugar, empatando con Brasil en el 9º,  al que se le ganó 3 a 0. Posterior a su salida de México, el Prof. Shim se trasladó a Arabia a dirigir equipos en la liga nacional.

En el deporte los resultados hablan por sí solos y, gracias a la calidad del trabajo a mediano plazo de estos entrenadores, ha habido continuidad, reproducción e imitación del trabajo hecho por el Dr. Cherebetiú, el Prof. Poburka, el Maestro Park y el Prof. Shim, ya que hasta la fecha se siguen aprovechando sus actitudes, métodos y acciones tanto en México como en el mundo, por lo que son las principales evidencias de un trabajo profesional, responsable y efectivo para el deporte, educación, salud y la comunidad.

No es necesario gritar como energúmeno, ser enojón o ser un “Cansólogo” de profesión para aparentar ser buen entrenador, tampoco es suficiente ser amigo de dirigentes para sobresalir como técnicos, por lo que aprovechamos la ocasión para agradecer a estos entrenadores extranjeros del siglo pasado, ya que con sus aportaciones dejaron trascendental escuela, siendo de las mejores de América.

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