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De la travesura al proceso investigativo en un niño de 6 años, durante la cuarentena COVID-19

Por Mtra. Nut Hernández

Mi sobrino de 6 años, quien vive con sus papás y abuelos en el departamento de abajo del edificio familiar donde mi familia y yo, vivimos. Daniel, mi sobrino ha vivido en cuarentena desde febrero 2020, ya que por la temporada de frío se enfermó de gripa y tos común en el segundo mes del año, en el CENDI dónde está inscrito, no le dejaban asistir hasta que estuviera recuperado, regresó en la primer semana de marzo, estuvo una semana más en clases y lo regresaron a casa, como a todo el resto del mundo a hacer cuarentena por COVID-19, en un inicio no entendía bien porque no podía ir a la escuela si no estaba enfermo, después de unos días, comenzó como todos los demás niños de su edad a tomar clases on-line y por TV, como todos los niños en México, las primeras dos semanas estuvo muy atento a las transmisiones, después sus papás se dieron cuenta que la TV estaba encendida y él jugaba o se dormía y lo obligaban a estar “atento” a la pantalla y después debía hacer una serie de tareas que la maestra del CENDI enviaba, pero él no estaba muy dispuesto a hacer, así que el viernes pasado se “escapó” de los abuelos y llegó de forma inesperada a mi casa…. (la siguiente puerta en el mismo edificio), con su celular en mano y dos preguntas en la mente: ¿cómo se hace un video de You Tube? y ¿quieres jugar a las canicas en la cochera?

Así que buscando que continuara como me habían dicho sus abuelos la “hora de la escuela”, puse en práctica los conocimientos básicos del estilo Montessori:

  1. Necesidad de adaptarse al entorno y a la naturaleza. Como estaba “prófugo”, no podía ir a jugar canicas o lo iban a descubrir, pero podía tomar las canicas que yo le guardo y jugar en la sala, así que como se le perdían debajo de los sillones pronto se cansó de buscarlas y le propuse otra cosa.
  2. Ambiente individualizado y centrado en el niño. Le pregunté ¿qué quieres hacer?, así que su respuesta fue muy simple y lógica en el entorno en el que actualmente vive “Quiero ser You Tuber, pero no sé como subir los videos”, la siguiente pregunta de mi parte fue ¿De que quieres hacer videos? Y su respuesta fue simple, quiero hablar de canicas, así que tuvimos que investigar porque de momento sólo sabía que habían de colores y de tamaños diferentes.
  3. Aula dividida en áreas temáticas. Aprendió a usar el buscador de su teléfono, al parecer sólo lo usaba para ver videos y jugar, entramos en varias páginas en dónde leyó sobre la historia de las canicas, discutimos acerca del porque el tiempo se cuenta como Antes de Cristo y Después de Cristo, aprendió el valor numéricoque cada canica tiene de acuerdo a sus características (matemáticas), así que sumó cuánto valían sus canicas por categoría y en su totalidad, midió, categorizó y clasificó las canicas de acuerdo a las características que tenían y finalmente encontró que hay alrededor de 15 variedades de juegos y que en cada país tiene un juego diferente (geografía), ubicando en un mapa los países donde había encontrado que habían juegos de canicas.
  4. El error forma parte del aprendizaje. En el momento de clasificar las canicas y etiquetarlas, cometió varios errores ortográficos o se le había olvidado como escribir la letra, normal en este momento histórico, cuando el proceso de aprendizaje se encuentra disruptivo, cuándo noté que se preocupaba por no conocer la letra, escribir mal o romper la hoja, siempre le aseguraba que, si no se equivoca, va a ser difícil que aprenda, él en automático se relajó y pudo escribir mejor, sin necesidad de recordarle las letras, aunque escribió con mayúsculas y minúsculas mezcladas, la palabra es correcta y con la práctica mejorará esos errores siempre y cuando haya alguien que le explique con calma, dónde está el error.
  5. Niveles de aprendizaje (0-3 años, 3-6 años, 6-9 años y 9-13 años). A los 6 años de mi sobrino, se encuentra entre el segundo y el tercer nivel de aprendizaje, por lo cual, estamos desarrollando temas de su interés y estos fluctúan entre temas de su edad y de hasta 8-9 años, aunque de momento considero que estos temas los incluye debido a sus primos de 9 y 10 años con los que habla a diario por teléfono.
  6. Respeto al ritmo de aprendizaje. Cada vez que salía un tema nuevo con respecto a las canicas, él era quien decidía si quería saber sobre eso o sobre otra cualidad, por ejemplo, cuando encontramos el proceso que se lleva para hacer las canicas, cerró la página y regresó a donde explicaban las regiones del mundo donde se juegan y los diferentes nombres que reciben de acuerdo con el país o la región.
  7. Aísla dificultades. En un inicio quería escribir las tarjetas de identificación con plumas de colores, pero estas no le son fáciles de manejar, así que le sugerí un plumón y esto le resultó más agradable y de fácil manejo, y le gusta más escribir en el sillón que en la mesa, así que si él se siente cómodo, lo dejamos de momento.
  8. No existe el premio o castigo. Muy al inicio, al momento de escribir las tarjetas de identificación de las canicas, equivocó letras una “V” por una “B”, cuando se dio cuenta del error me pidió disculpas, de forma que le aseguré que no debía disculparse por un error y menos si él solo se había dado cuenta, solo debía corregirlo, al momento de cada tema concluido, solamente recibía un pequeño halago como “Muy bien, veo que has aprendido mucho hoy”. 
  9. Promueve la concentración. La cereza del pastel fue cuando recibimos una llamada telefónica y acaparó el teléfono durante no menos de 20 minutos para explicar la historia, geografía y matemáticas que ese día había aprendido con las canicas, la diferencia entre bombonas y bombochas, ágatas, galaxias, tréboles, periquitos, lechitas y diablitos.
  10. Ambiente, muebles y materiales adaptados a los niños. Reconozco que mi sobrino tiene mucha suerte, ya que en este momento él está solo, uno a uno, explorando los temas que a él le interesan, utilizando material que es adecuado a sus dimensiones o con el material que él desea usar y experimentar con plumas de colores, plumones, lápices de grafito y de colores, crayones y pintura dactilar. 
  11. Permite la libertad. Después de alrededor de unas 3 horas consecutivas de investigar, medir, clasificar y explicar el mundo de las canicas, y que la plática de ese día sólo giró en torno de las canicas, él mismo reconoció que “como hablamos tanto de canicas, somos como pericos de canicas”, y me dijo ya estoy cansado de jugar canicas, ya me voy a mi casa, lo acompañé a su casa lo genial había sido que él nunca se sintió forzado para leer, investigar, analizar sus canicas y realizar un proceso investigativo, para él fue una travesura haberse escapado de su casa y abuelos, jugar con su tía a las canicas de una forma diferente, sin embargo desde entonces ha subido diario a “jugar a conocer cosas”, por el momento estamos aprendiendo a jugar los diferentes tipos de juegos, pues lo que más desea es ir a la escuela nueva (1ro de primaria) y enseñarle a los demás amigos a jugar los juegos de canicas, una actividad física recreativa la cuál esta aprendiendo por propio interés, mediante las redes sociales y plataformas virtuales, bajo una guía.
  12. El fin es generar autonomía, confianza, seguridad y disciplina en el niño. Desde este día, Dani ya no se “fuga” de su casa, diario me pregunta a las 11am por whatsapp si puede ir a mi casa a “jugar a aprender de cosas”, logrando así seguridad y disciplina en sí mismo para subir las escaleras del edificio solo, ya que antes de haberse dado a la fuga no le permitían usar solo las escaleras, por miedo a que fuera a caerse.

En estos tiempos de cuarentena, el proceso formativo académico se ha descontinuado, como lo conocíamos, afectando a los más pequeños de nuestra sociedad, los niños en edad escolar básica, ya que están perdiendo las habilidades sociales de interactuar con sus iguales y al mismo tiempo es una gran oportunidad para fomentar su natural inquietud y curiosidad por aprender, aprovechar las enseñanzas del método de María Montessori y guiar esa curiosidad hacia una dirección investigativa con los propios intereses, de momento por las dimensiones de la vivienda, no se pueden realizar actividades muy diversas o vigorosas, sin embargo es momento para rescatar el ingenio y las raíces en los juegos y juguetes tradicionales.

Mtra. Nut Citlali Hernández Castro

Estudió la Licenciatura en Entrenamiento Deportivo y la Maestría en Ciencias del Deporte, en la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos (ENED), con la Especialidad en Natación y subespecializándose de manera autodidacta en para deporte.

Entrenadora Nacional de la Selección de Natación para ciegos y débiles visuales en el año 2007, por parte de la Federación Mexicana del Deporte para Ciegos y Débiles Visuales (FEMEDECIDEVI), cuenta con 4 preseas de bronce en los Juegos Para Panamericanos de Río de Janeiro 2007. Fundadora en 2008 del equipo de Natación para ciegos y débiles visuales Tiburones Blancos, ahora Ballenas Azules y creadora del programa de Para Natación de la Escuela Técnico-Deportiva de Para Natación con la que actualmente trabaja la Alcaldía Benito Juárez, la cual desarrolla el talento deportivo de los niños y jóvenes con discapacidad visual, parálisis cerebral, discapacidad intelectual, síndrome de down y trastornos motores.

Desde el 2016 es Docente Universitaria en la Licenciatura en Ciencias del Deporte, en la Universidad YMCA, impartiendo cátedra teórica-práctica, referente a la disciplina de Natación y Natación Adaptada.

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