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El deportista y su familia.

En el acercamiento al deporte ya sea por casualidad, por obligación o por cualquier otro factor, la familia de un deportista cumple un rol determinante que no siempre puede ser positivo en la vida del atleta. 

En mi persona, el deporte llego por cosas de la casualidad, donde mi mama estaba de acuerdo en que lo practicara y mi papa no mostro interés en si lo hacia o no. En los primeros meses de entrenamientos me gustaba, era mas por el entorno y los nuevos amigos que tenia, veía en el deporte una manera de esparcimiento, pero todo empezó a cambiar cuando salí a competir por primera ves, regresé con otra mentalidad, vi que el judo en verdad me gustaba y que quería entrenar mas para ganar una medalla. Después de platicar con mi papa, vio que si me gustaba el deporte y empezó a tomarle mas interés. 

En la mayoría de los casos, el apoyo familiar es el principal motor que impulsa a los niños o jóvenes a iniciar en el mundo de la actividad física, lo cual es refuerzo positivo que motiva a los niños a seguir en el deporte, ya sea que destaquen o no la familia estará ahí tratando de dar apoyo y alentando para que su hijo sea mejor. 

Es alentador ver como los padres ayudan a sus hijos a ser mejores atletas ya sea llevándolos a los entrenamientos, pagando competencias o simplemente dando palabras de afecto que impacten en su mentalidad y los hagan sentirse dispuestos a seguir.

Pero no siempre el apoyo familiar se convierte en lo optimo para los atletas, ¿hasta qué punto la familia debe involucrarse en el desarrollo de los deportistas? La respuesta es fácil por decirlo asi, si es importante que la familia se involucre, pero hay que marcar limites y roles que no se pueden rebasar o que no deben ser transgredidos para asi formar un ambiente mas armónico en torno a nuestros atletas.

Una situación común que nos encontramos es cuando los padres se convierten en entrenadores desde las gradas, es comprensible que la emoción del momento los haga perder el control y querer estar en el lugar de sus hijos o en el lugar del entrenador, pero esto no siempre ayuda al atleta, por el contrario este se enfrenta a un estrés y choque de ideas que pueden hacerlo colapsar por no saber identificar a quien hacerle caso, a sus padres o al entrenador. Muchos atletas son pequeños y no saben como frenar la situación familiar, ya sea por miedo o por no saber como expresarlo. 

Este comportamiento de los padres impacta negativamente trayendo consigo dos consecuencias que en mi experiencia son las mas comunes: 

  • Los niños dejan de disfrutar el deporte y lo hacen por obligación, afectando el entorno de los entrenamientos. 
  • En cuanto tienen oportunidad dejan de practicar el deporte.

También existen los padres cuyos objetivos son distintos y que quieren ver que sus hijos con medallas a corto plazo o quieren una beca deportiva dejando de lado los intereses de sus hijos y los principios del deporte, sin darse cuenta que los procesos de cada individuo pueden ser mas largos de los que ellos estiman y que los objetivos para cada atleta también son diferentes. 

Eventos nacionales o internacionales, becas y patrocinios vienen y van y no siempre son para todos los deportistas y lamentablemente no todas las familias están dispuestas o no pueden esperar esto, trayendo como consecuencia mas lamentable la retirada de los atletas del mundo del deporte.

Por eso para crear este ambiente armónico, la familia siempre debe estar presente, representando ese rol, el del pilar mas fuerte, pero también el centro donde nuestros deportistas encuentran el apoyo para hacer lo que ellos quieran sin sentirse abrumados por estar presionados todo el tiempo. 

Cuando un padre se mantiene al margen, el atleta puede desarrollarse de una manera integra, se desarrolla una buena comunicación con sus papas y el papa puede estar mas alerta de las cosas buenas y malas que pueden darse en el entorno del atleta. La confianza del mismo atleta se desarrolla de manera positiva y la vida del deportista puede llegar a dar frutos a largo plazo.

Por eso yo les recomiendo padres, dejen que sus hijos elijan el deporte o la actividad que quieran practicar y que hay que respetar los objetivos de cada uno, sin ejercer presiones y todo el tiempo motivándolos a ser mejores, no solo deportista si no personas también.

Si tu estas interesado en ayudar a tu hijo de una manera adecuada, te recomiendo que leas. “Mi hijo es el mejor y además el mi hijo” de José María Buceta.

Lenia Fabiola Ruvalcaba Álvarez.

Estudió la licenciatura en Cultura Física y Deportes en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud y de la Universidad de Guadalajara. Deportista mexicana especializada en Judo Adaptado. Es medallista paralímpica de plata en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008, y medallista paralímpica de oro en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016.

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