Por Daniel Aceves Villagrán
En la recta final del pandémico e inusual año 2020 y a sólo 34 días de que termine, en varios países europeos, en el marco de la tercera oleada de contagios de covid-19, se ha procedido a realizar borradores de propuestas sobre planes sanitarios para la Navidad y las celebraciones del Año Nuevo.
En México debiese establecerse uno que contemple, entre otros, el tradicional maratón “Guadalupe-Reyes”, con la determinación del cierre de la Basílica de Guadalupe del 10 al 13 de diciembre, no obstante, los ejemplos internacionales serán valiosos para ejercitar protocolos que incluyan reuniones familiares con un máximo de seis integrantes, el uso de la mascarilla todo el tiempo posible, el lavado de manos constante, el mantener la distancia física, la ventilación y actividades al aire libre, minimizar el número de contactos, siendo preferente los mismos y el me quedo en casa si tengo síntomas que revelen una posible afección.
En este tenor, autoridades españolas determinaron el confinamiento nocturno, no permitiendo el libre desplazamiento tras la declaración del estado de alarma y sólo los días 24 y 31 de diciembre se ampliará el horario hasta la una de la mañana, reiniciando la movilidad cinco horas después. Actualmente, el toque de queda es a partir de las once de la noche; otro elemento que promueven es que ninguna persona asista a reuniones familiares o sociales si estuvieron expuestas a contactos identificados con covid-19 en los últimos catorce días, cuatro más de los diez días actuales de cuarentena. También aplica para quienes hayan sido diagnosticados con el patógeno. En caso de viajes internacionales, los ciudadanos procedentes de un país o zona de riesgo deberán presentar un test diagnóstico con resultado negativo y realizado en las 72 horas previas a la llegada a España.
En el Reino Unido, por ejemplo, se recomienda a los estudiantes universitarios que regresan para vacacionar en sus lugares de origen que limiten las interacciones sociales antes de su regreso; se aumentará la frecuencia de los horarios de transporte público, y con aforos del 50% serán las celebraciones de eventos o conciertos navideños, limitando al máximo eventos culturales y deportivos; para celebraciones religiosas recomendarán no cantos y sí al uso de música pregrabada, se promoverá realizar el comercio al aire libre guardando la distancia con aforos previamente establecidos.
Habiendo hecho este recorrido de algunas medidas sanitarias, queda la reflexión sobre qué tan consiente se está en México respecto a la necesidad de asumir la responsabilidad personal, familiar y social para cumplir con las recomendaciones de prevención y de atención que han dispuesto y dispondrán los tres niveles de gobierno. La necesaria reactivación económica, el incremento de contagios y fallecimientos por covid-19 se vuelven una ecuación compleja, a la que habría que agregar el tema emocional, religioso y sociológico, por lo que, en términos colectivos, será difícil esperar una mayoritaria reacción común y responsable.
La buena que hay es que, a mediados de diciembre próximo, iniciará un esquema de vacunación en Estados Unidos.
Daniel Aceves Villagrán