Por Daniel Aceves Villagrán
La resolución de conflictos y el mantenimiento de la paz son de los más connotados esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por ser el único ente con carácter verdaderamente universal, siendo un foro para el abordaje temático de aquellas circunstancias que van más allá de las fronteras nacionales y que requieren ser resueltas de manera multidisciplinaria y multinacional; el mejorar la calidad y la esperanza de vida de las personas en el planeta, el auxilio en casos de emergencia, la educación, la equidad de género, el uso pacífico de la energía atómica, el medio ambiente y los derechos humanos, entre otros, se convierten en desafíos globales. Basta citar como ejemplo el tocante con la pobreza que había tenido en su reducción avances significativos, pero la pandemia de covid-19 provocó un retroceso en el cual se calcula que 500 millones de personas más, es decir, 8% de la población mundial se desplazó hacia la pobreza multidimensional; el cambio climático es uno de los mayores desafíos desde las pautas meteorológicas que amenazan la producción de alimentos, además, el aumento del nivel del mar, que incrementa el riesgo de inundaciones catastróficas, entre otras consecuencias.
En el capítulo relativo al envejecimiento de la población, la mayoría de los países están experimentando un aumento en el número y la proporción de personas mayores, sustancialmente aquellas que tienen 60 años o más se han sumado a esta demografía; la igualdad de género no sólo tiene una significación numérica, ya que las mujeres y las niñas constituyen la mitad de la población mundial y, por consiguiente, la mitad de su potencial, la equidad, además de ser un derecho humano fundamental, es imprescindible para lograr sociedades pacíficas, con pleno potencial humano y desarrollo sostenible; el agua dulce sustenta la vida humana y es vital para nuestra salud, se entiende que hay suficiente agua para todo el mundo, sin embargo, debido a la mala situación de la economía, saneamiento inadecuado o infraestructura deficiente, millones de personas mueren a causa de enfermedades relacionadas con el abastecimiento de agua; la seguridad alimentaria y el estado nutricional de los grupos de población más vulnerables se deterioran aún más debido a las repercusiones socioeconómicas y sanitarias de la pandemia por covid-19; en este contexto, promover el respeto de los derechos humanos es uno de los principales objetivos de la ONU y define su identidad como una organización para personas de todo el mundo y el sustento legal son las normas establecidas en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La salud tal vez no lo es todo, pero sin salud no hay nada, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) es el organismo que desde el 7 de abril de 1948 se encuentra al frente de esta acción dentro de la ONU; el desarme multilateral y la limitación de armas han sido objetivos centrales con la misión fundacional de mantener la paz y la seguridad a nivel internacional, aunado a la justicia y el derecho internacional en sus tres pilares de trabajo: 1. Paz y seguridad internacional; 2. Progreso y desarrollo económico y social, y 3. Respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Desde la antigüedad, el ser humano ha estado en constante tránsito, por lo que la migración es un escenario común y hoy más que nunca se requiere el poder contar con elementos que propicien una inmigración legal acompañada de todos los derechos.