De la competencia de alto rendimiento al desarrollo psicomotriz de los nadadores infantiles con ceguera congénita
Por Mtra. Nut Hernández
Alguna vez y en repetidas ocasiones, me han preguntado ¿Qué es lo que me ha hecho cambiar de entrenar a los nadadores de alto nivel con discapacidad visual para cosechar medallas a trabajar el desarrollo del potencial motriz de los niños con discapacidad visual? ¿Qué me hace asistir a diario diseñar un sistema de entrenamiento para el desarrollo motriz de los niños con discapacidad visual para mejorar su calidad de vida? Y de momento, no supe responder, lo he pensado creo que mi quehacer profesional, se encuentra en la lógica de iniciar mi desarrollo profesional al revés.
Idealmente, los entrenadores nacionales son el resultado de la selección de los entrenadores de alguna asociación deportiva estatal afiliada a la nacional, esto quiere decir que entrenan o entrenaron al equipo de algún club de la asociación estatal, en mi caso tuve la suerte de estar en el momento indicado a la hora indicada para dirigir la selección nacional y al finalizar me invitaron a continuar el trabajo con los muchachos de la Asociación en la Ciudad de México y una vez concluido el desarrollo de atletas sólo me quedé desarrollando a los nadadores con discapacidad visual de la Alberca Olímpica Francisco Márquez.
El haber iniciado justo al revés creo ha sido de lo más importante y aparente sin sentido en mi vida profesional, ya que esto me permitió conocer el punto de desarrollo máximo de un nadador con discapacidad visual, saber y conocer lo que una persona ciega o débil visual puede realizar cualquier cosa y ser independiente como cualquier otra persona. Pero en contraparte, una vez entrenando con los niños con discapacidad visual que poco a poco llegaban al grupo de ciegos de la Olímpica me encontré con otra realidad, un niño ciego no siempre es un niño que no ve, en ocasiones, un niño ciego es una persona con escasa estimulación motriz, derivado de la escasez de movimiento natural por nula o poca estimulación visual, de esta manera no conocen su cuerpo y el potencial de movimiento que este puede generar, claro, esto no lo sabía en un principio y ninguna preparación en las albercas donde había trabajado o en la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos, me había preparado para el trabajo con este tipo de niños, nada de lo que hacía, parecía dar resultado para que estos niños aprendieran a nadar y competir o siquiera tener un vínculo comunicativo con ellos para saber siquiera que entendían las instrucciones que les daba. Así que no es tan sencillo enseñarles a nadar, pero ¿Qué si se podía hacer con estos niños? Me llevó cerca de dos años para comprender que la falta de estimulación motriz en las etapas muy tempranas del desarrollo motor, tendría las consecuencias de desconocimiento de su propio cuerpo y su movimiento, por lo que poco a poco se fue creando un taller de desarrollo psicomotriz para los niños ciegos, sorprendentemente, después de 6 meses de trabajo en seco, los niños comenzaron a tener vínculos comunicativos con sus padres, profesores de escuela y entrenadores, comenzaron a tener interés en las actividades académicas, pero lo más importante comenzaron a desarrollar actividades básicas de manera independiente, como ponerse ellos mismos el traje de baño, los tenis o buscar la botella de agua después de un trabajo deportivo moderado.
El desarrollo del lenguaje técnico, los ejercicios y el desarrollo de las sesiones de tierra vinculadas a las sesiones de agua. Esta metodología fue desarrollada y creada para el desarrollo motor de los niños ciegos, pero la sorpresa más increíble no fue que a través de la práctica física recreativa dirigida aprendieron a nadar, sino que aprendieron a ser niños.
No me he olvidado de la adrenalina, emoción e incertidumbre hasta ver el resultado oficial de mi nadador de haber obtenido el 1er o segundo lugar de la final Para panamericana, o la sensación inexplicable de alegría de ver a tu nadador en lo alto de un pódium con el himno nacional y la bandera mexicana ondeandose, pero Osky realmente no supe cómo explicarte que pocos realmente experimentarán la emoción de observar cómo un niño de 11 años que no sabía cómo levantarse acostado de una colchoneta, puede ponerse de pie solo, caminar solo y si…. verlo sostener una tabla de natación y comenzar a bracear en un rudimentario estilo de crawl, esta emoción no la describe ninguna palabra, pero llegar ahí fue realmente un viaje largo y emocionante que poco a poco me alejó de la medalla, sin embargo, la necesidad de cosecharlas para los que ya están preparados para obtenerlas me llevó a buscar no hacer lo uno o lo otro, sino ambas, pero ¿Cómo llegar a desarrollar estas dos actividades contradictorias? Bueno esta es una gran historia, y como todo a su tiempo, debe ser contada en otra ocasión.
Mtra. Nut Citlali Hernández Castro
Estudió la Licenciatura en Entrenamiento Deportivo y la Maestría en Ciencias del Deporte, en la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos (ENED), con la Especialidad en Natación y subespecializándose de manera autodidacta en para deporte.
Entrenadora Nacional de la Selección de Natación para ciegos y débiles visuales en el año 2007, por parte de la Federación Mexicana del Deporte para Ciegos y Débiles Visuales (FEMEDECIDEVI), cuenta con 4 preseas de bronce en los Juegos Para Panamericanos de Río de Janeiro 2007. Fundadora en 2008 del equipo de Natación para ciegos y débiles visuales Tiburones Blancos, ahora Ballenas Azules y creadora del programa de Para Natación de la Escuela Técnico-Deportiva de Para Natación con la que actualmente trabaja la Alcaldía Benito Juárez, la cual desarrolla el talento deportivo de los niños y jóvenes con discapacidad visual, parálisis cerebral, discapacidad intelectual, síndrome de down y trastornos motores.
Desde el 2016 es Docente Universitaria en la Licenciatura en Ciencias del Deporte, en la Universidad YMCA, impartiendo cátedra teórica-práctica, referente a la disciplina de Natación y Natación Adaptada.
