
Dr. Domingo Blázquez Sánchez
dblazquez29@gmail.com
La competición en el ámbito educativo: un análisis necesario
La naturaleza de la competición en el deporte y su valor educativo son temas de debate constante. ¿Es intrínsecamente nociva o puede ser una herramienta de desarrollo personal y social? Aceptar el deporte implica aceptar la competición, reconociendo su potencial para inculcar valores educativos fundamentales.
Como bien observó el psicólogo deportivo Maurice Bouet en su influyente obra de 1968, la autoafirmación y el desarrollo de una sana autoestima actúan como un motor psicológico fundamental en la práctica deportiva. Es decir, la competición, más allá de la consecución de una victoria, permite demostrarse a uno mismo las capacidades propias, y mediante esta acción, reforzar la autoimagen. Esta búsqueda constante de superación personal, que abarca tanto el ámbito físico (mejorar marcas, perfeccionar técnicas) como el mental (desarrollar resiliencia, gestionar la presión), se manifiesta de múltiples maneras, impulsando a los deportistas a explorar y expandir sus límites individuales.
La calidad de esta búsqueda puede variar desde la simple victoria basada en la fuerza bruta hasta el “fair play” del “gentleman”, donde el respeto por las reglas y el adversario son primordiales. Incluso la admiración por el mejor competidor, independientemente de quién sea, después de una contienda justa, refleja una forma elevada de valoración deportiva.
La pasión inherente a la competición deportiva es un poderoso motivador. Sin embargo, es crucial canalizarla hacia valores como el progreso personal, la superación, la lealtad y la generosidad. Un triunfo injusto o fortuito carece de significado duradero.
El espíritu de equipo y la camaradería con el adversario son aspectos esenciales. La competición “contra” puede transformarse en una colaboración tácita, donde la victoria solo es posible gracias a la voluntad del oponente de participar.
Por lo tanto, la competición deportiva trasciende a los campeonatos y las medallas. Implica el deseo de mejorar, de ponerse a prueba y de enfrentar desafíos. Requiere intensidad, perseverancia y la búsqueda del dominio técnico y la cohesión del equipo.
En la formación de futuros deportistas, estos valores deben ser centrales. El entrenador-educador juega un papel crucial al transmitir estos principios, contrarrestando la influencia de un entorno que a menudo glorifica el éxito y desprecia la derrota.
La búsqueda de fomentar el “fair play” en el deporte escolar ha generado diversas propuestas, algunas de las cuales intentan restar importancia al éxito competitivo modificando las reglas o la esencia misma del deporte. Sin embargo, esta aproximación puede resultar contraproducente. Desvirtuar la lógica inherente del deporte, que gira en torno a la superación y el resultado, corre el riesgo de diluir los valores intrínsecos que lo hacen formativo. La clave reside, más bien, en fortalecer la educación y formación de todos los actores involucrados: deportistas, entrenadores, árbitros y familias. Al cultivar un entorno donde primen el respeto, la integridad y el espíritu deportivo, se puede garantizar que la competición sirva como un vehículo para el crecimiento personal y social, en lugar de convertirse en una mera obsesión por la victoria a cualquier costo.
El ejemplo del entrenador es fundamental. La congruencia entre sus palabras y acciones es esencial para inculcar valores como el respeto y la integridad. Como se suele decir, “lo importante no es ganar, sino participar”, pero la realidad es que la competición está inscrita de manera fuerte en el ser humano, desde edades muy tempranas. Lo importante es reconducir esa competición de manera que se aprenda de la derrota, y se magnifique el esfuerzo.
La escuela, inmersa en una sociedad competitiva, debe gestionar las complejidades de la competición. El profesor-entrenador debe actuar como un regulador, equilibrando la intensidad de la competición con los ideales educativos.
Referencias bibliográficas
- Blázquez Sánchez, D. (2010). La iniciación deportiva y el deporte escolar. Inde.
- Bouet, M. (1968). Signification du sport. Presses universitaires de France.
- Monjas Aguado, R., Ponce Garzarán, A., & Juan, M. (2015). La transmisión de valores a través del deporte. Deporte escolar y deporte federado: relaciones, puentes y posibles trasferencias. Retos, 28, 276–284.