Tal vez alguna vez es que ha surgido la duda de si lograr ser un campeón olímpico ya venía determinado en la genética de estos ganadores, este mismo cuestionamiento ha sido motivo de estudio para determinar si es que obteniendo muestras genéticas que arrojen ciertos resultados el sujeto ya estará destinado al éxito deportivo.
Ciertamente las diferencias genéticas afectan el rendimiento en aspectos como la capacidad muscular, la obtención de energía a partir de alimentos, capacidad cardiorrespiratoria o de recuperación, pero con base en lo que me quedo después de leer “El gen deportivo” de Epstein y con base en experiencia propia eso termina siendo sólo una parte, tenerla no significa que está asegurado el éxito.
Existe un gen que se identificó como el “gen de la velocidad” y su nombre científico es ACTN3, es el responsable de producir la proteína que es requerida para la formación de fibras de contracción rápida y esta podría ser una ventaja para alguien que se dedica a deportes de tiempo y marca o bien la ausencia de la misma en las fibras presenta mayor capacidad aeróbica. Aún así un solo gen no va a lograr que un atleta sea campeón, otros factores como el entrenamiento, planificación, nutrición, descanso y fortaleza mental van a contribuir a su éxito.
Ejemplo de lo anterior se muestra en el hecho de que la enorme mayoría de atletas que han logrado menos de 10’’ en 100 metros planos son de origen africano, primero tiene que nacer con ciertas características y potencial, pero también hay que hacerlo con el trabajo diario y el entrenamiento. Se presentan casos en los que por sus características físicas están llamados a practicar ciertos deportes, pero eso no significa que sean ellos quienes los elijan. Es el deporte quien acaba eligiéndolos a ellos por estar genéticamente cualificados para practicarlo.
La genética es un factor importante, sin embargo es elección del atleta el estar dispuesto a pasar por un proceso duro de enseñanza-aprendizaje llamado entrenamiento deportivo en el que se aprenden la técnica, la táctica y las reglas del deporte específico, así es que el talento de poco puede servir sin el seguimiento planificado y sistemático. Así que a respuesta de la pregunta el que escribe se aventura a asegurar que el deportista de élite nace y se hace con intensidad y disciplina.
Todos hemos conocido a alguien que es muy bueno en el deporte, que al poco tiempo ya desarrolló habilidades que suelen tomar más tiempo, en cambio también existen aquellos que les tomó mucho más tiempo llegar a ese mismo punto. Sería normal entonces pensar que el primer sujeto tendrá mejores resultados pero la mayoría de estos talentos natos tienden a no esforzarse lo suficiente y los resultados de esto se muestran después, en un punto es necesaria la disciplina y el compromiso.
Un ejemplo más es Michael Phelps, quien es el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos, con un total de 28 medallas pero claramente no fue un proceso rápido y sencillo, empezó en la natación a los 7 años y la envergadura de sus brazos de inmediato le dio muchas ventajas, muy joven comenzó a romper récords pero no fue hasta su segunda aparición en los juegos de Atenas 2004 cuando ganó sus primeras medallas. Fueron años de entrenamientos diarios, de guía bien encaminada, de alimentación controlada, etc. en combinación con su información genética lo que lo llevaron a ser la leyenda que es hoy en día.
Como conclusión al tema puedo decir que yo no creo que haya ninguna fórmula o secreto para llegar al éxito, tampoco es un camino sencillo que se recorre en poco tiempo. Lograr ser el mejor implica dejar de lado una vida “normal”, horarios libres, etc., pero trae consigo satisfacción y ganas de ser mejor cada día. Así que no, no creo que la genética sea más que unos cuantos pasos de toda la travesía para llegar al punto más alto.
Referencias:
Calabuig, J. (2015). ¿El deportista nace o se hace? Los Blogs de la Clínica Univerisad de Navarra Disponible en: https://blogs.cun.es/el-deportista-nace-o-se-hace/#:~:text=En%20este%20caso%20la%20respuesta,sean%20ellos%20quienes%20los%20elijan
Epstein, D. (2014). El gen deportivo. Editorial Indicios.
Genotipia (2015). El caso del gen ACTN3: cuando la pérdida funcional de un gen puede suponer una ganancia evolutiva. Disponible en: https://genotipia.com/genetica_medica_news/actn3-ganancia-evolutiva/
Gómez, G., F. (2013). El deportista de élite: ¿nace o se hace? SEBBM – Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular. Disponible en: https://www.sebbm.es/web/es/divulgacion/rincon-profesor-ciencias/articulos-divulgacion-cientifica/334-el-deportista-de-elite-nace-o-se-hace.
Mellado, E. (2017). El GEN ACTN3 y el reducido club de los atletas que han bajado de 10” en 100 metros. MARCA. Disponible en: https://www.marca.com/primera-plana/2017/10/29/59f4cab7e5fdea78788b4585.html
PEÑA MALDONADO EDITH
Estudiante de la licenciatura en Entrenamiento Deportivo