Pasión por el deporte
Por José Ortega
“Un punto importante a la hora de elegir un calzado es lo que se podría englobar en el concepto de confort”
Hoy en día, y dado el gran auge que han desarrollado las actividades deportivas en nuestra sociedad, ha surgido una gran industria en todo lo relacionado con estas prácticas. Esto ha contribuido a la necesidad de realizar continuos estudios y avances para un mejor desarrollo en todos sus elementos. En uno de los campos en que más se ha estudiado y han sido mayores sus avances ha sido en el calzado deportivo. Un punto importante a la hora de elegir un calzado es lo que se podría englobar en el concepto de “confort”. Este confort vendría dado como resultado de una compleja interacción de todos los puntos de diseño y fabricación del calzado.
El confort se puede dividir para su estudio en el aspecto mecánico y en el aspecto térmico. Los puntos que van a determinar la funcionalidad del calzado, desde el punto de vista del confort mecánico son: el peso, a mayor peso, mayor será el gasto energético que acontece durante la marcha y la carrera, y cuanto más ligero sea, este gasto energético y el cansancio serán menores. La flexibilidad que debe permitir una buena flexión de los dedos del pie, cuanto más flexible sea el calzado se verá disminuido el gasto energético durante la fase de impulsión. La estabilidad que cuanto mayor sea, menor será el sufrimiento de las articulaciones menos móviles de la anatomía del pie y con ello una menor sensación de cansancio. Generación y amortiguación de impacto sobre todo en el calzado específico para correr, todos los impactos contra el suelo se traducen en vibraciones, su ausencia puede evitar la aparición de determinadas patologías, tales como plantalgias, talalgias, dorsalgias, etc. Adherencia al piso uno de los factores más importantes y que se manifiesta en el dibujo de la suela que varía en función de los diferentes calzados para cada disciplina deportiva.
En lo que se refiere al confort térmico, las distintas modificaciones van encaminadas a mantener una adecuada humedad y temperatura como lo es: el forro térmico que puede ser de diversos materiales, tales como lana, y son los más adecuados para las actividades de montaña. Forros absorbentes que son los más indicados en los deportes en los que se busca una mayor frescura del pie y una continua eliminación del sudor del mismo.
Es importante hacer mención a las distintas formas que tiene que tener un calzado para favorecer su mayor ajuste, y que dado que existe una serie de diferencias anatómicas entre los pies del hombre y la mujer, las características del calzado deben ser distintas. No se debe caer en el error de utilizar los mismos modelos, especialmente la mujer, que suele utilizar el mismo calzado que el hombre en sus tallas más pequeñas.
Si el calzado que se utiliza, no se ajusta bien y no está adecuadamente diseñado para el deporte que se practica, no solo aumentará la posibilidad de producir lesiones, sino que el rendimiento del deportista también puede verse disminuido.
Para finalizar realizaré una serie de recomendaciones especiales y de especial cuidado para elegir un buen calzado deportivo: probarse el calzado después de un entrenamiento o de la práctica habitual a la que va ser destinado, ya que en ese momento el pie se encuentra en su tamaño más dilatado y de preferencia en un horario vespertino. El calzado debe acomodarse al pie más grande. Este punto debe ser tenido en cuenta, ya que estudios han demostrado que el 70% de la población presenta diferencias de tamaño entre sus pies. Al probarse el calzado debe quedar un centímetro desde el dedo gordo hasta la puntera, y la movilización de los dedos debe ser posible en prácticamente todos sus rangos de movimiento.
Probarse el calzado con los calcetines de uso habitual durante la práctica deportiva, y en el caso de que se utilice algún tipo de plantilla u otro tipo de ortesis interna, llevarla puesta.