Martin Velazquez Ugalde
No me gusta recurrir nuevamente a un tema tan traído y llevado en esta columna, sin embargo, creo necesario hacer algunos comentarios de interés sobre las condiciones que en México prevalecen para el común denominador de los deportistas, ante la pandemia y nuestras expectativas para el futuro cercano.
Empezare explicando algunas consideraciones necesarias para entender nuestro comportamiento y el sentir de quienes estamos cercanos a esta actividad de gran importancia para una parte muy amplia de la población.
Fue en noviembre del año 2019 cuando se descubrió el nuevo Virus COVID 19 en China, y rápidamente, a pesar de las optimistas previsiones de muchos, el 28 de febrero de 2020 el virus llega a México cabalgando en un hombre que regreso al País en un vuelo procedente de Italia.
Tras una serie de titubeos se cierran en marzo la mayoría de actividades que aglutinan personas: bares, escuelas, centros recreativos, y claro todo lo relacionado al Deporte, se inician anticipadamente las vacaciones de Pascua, en la esperanza que el volver, como dijo el gurú más despistado del mundo-un tal Donold Trump- “cuando el sol y el calor destruyan el virus”.
Por el contrario, de unas decenas de casos de contagio cada día se pasó en menos de un año a mas de 15,000 contagios diarios en el país, para un total de un millón 857 mil 230 casos con casi 160,000 defunciones, según las cifras oficiales, del 1 de febrero de este año, aunque claramente se sabe que los casos son muchos mas ya que la reticencia de las autoridades de salud mexicanas de gastar en pruebas y el altísimo índice de positivos en las pruebas que si se hacen nos hablan de un amplio margen de positivos no tamizados.
En nuestro país según el reporte del 1 de febrero hay 13 estados en Rojo, 17 en Naranja, 2 en amarillo (Chiapas y Campeche) y ni uno solo en verde.
A pesar del negro panorama hay estados que se reúsan a volver al esquema estricto toque de queda, básica mente por dos razones, la primera es económica, ya que la mayoría de la población no podría resistir otro periodo de encierro, dado que viven al día, para muchos mexicanos es preferible morir de covid lo cual no es tan probable a morir de hambre, que, si no trabajan, es seguro.
El otro motivo es la política; este año es de elecciones, se elegirán 15 gobernadores, 500 curules de la Cámara de Diputados, mil 63 diputaciones en 30 Congresos locales, mil 910 ayuntamientos en 29 estados y 16 alcaldías en la Ciudad de México.
Entonces nadie con dominio político hará enojar al electorado prohibiéndole cosas más allá de la invitación a hacer consciencia a menos que la inconsciencia rebase los límites del sentido común, como las grandes pachangas de las que sabemos por las redes y que tienen como colofón subido número de contagios entre los participantes y tristemente la muerte de familiares que a veces se estaban cuidando del contagio externo sin saber que la muerte venia cabalgando del ultimo after al que fueron los sobrinos, hijos o nietos.
A todo esto, ¿qué hay con el deporte nacional?
Nuestro deporte tiene muchas facetas y se mueve desde distintos escenarios, pero a todos les atacan las condiciones que hemos detallado, en primer termino el Alto Rendimiento, no solo se ha visto afectado en su forma, posibilidad y recursos, la pandemia destrozó su teleología misma: la razón de la existencia de todo atleta de elite es llegar a una justa Olímpica que finalmente, ante la extensión mundial de la pandemia, el COI y el comité organizador de los juegos acordaron retrasar la celebración de los mismos hasta el verano de 2021, justo un año después de las fechas inicialmente establecidas, conservando la denominación de Tokio 2020 y ante los rebrotes y las nuevas cepas la justa pende de un hilo, el sacrificio y esfuerzo de los atletas, los entrenadores, los equipos multidisciplinarios y las familias amenaza quedar con las manos vacías …La planificación olímpica, casi sacrosanta, se ha trastocado.
El deporte profesional o mejor dicho el deporte espectáculo a nivel mundial tuvo un duro golpe, por ejemplo Adam Sterling calculó que no hacer temporada 2019-2020 costaría a la NBA mas de mil millones de dólares en pérdidas , por lo tanto con una inversión de poco mas de 300 millones de dólares la NBA creo una burbuja libre-o casi- de infecciones por coronavirus, el ejemplo de esta organización cundió como reguero de pólvora regando esperanza ; mientras la UEFA y Euroleaque jugaron todos sus partidos a puerta cerrada incluido el minuto de silencio en honor a las victimas de covid partir de 2019-20 en estadios vacíos con un porcentaje de infecciones de 6% contando futbolistas, técnicos y exfutbolistas relacionados con los equipos, al menos la gente podía mirar el deporte para cambiar el chip.
En la liga MX se reporta que el numero de casos de futbolistas contagiados desde la temporada Guardianes 2020 hasta hoy ronda entre el 22 % y el 30%, a pesar de los controles y medidas para prevenir contagios, parece que la idiosincrasia del jugador de la Liga MX no es tan compatible con la disciplina de mantener la sana distancia. Y el covid se convirtió en un factor de triunfo en el futbol mexicano, tirando hacia abajo equipos y elevando a los que se beneficiaban por las ausencias reiteradas de los rivales.
Ligas Profesionales de otros deportes apenas pudieron mantener sus operaciones, con decrementos importantes en los equipos participantes y en general con mas pérdidas que nunca, al final cerraron los espacios de eliminatorias y terminaron con temporadas acortadas y sin gente.
En el terreno amateur el deporte en México es manejado por innumerables ligas de variopinta índole, y a excepción de algunas organizaciones que poseen instalaciones propias la gran mayoría dependen de las instalaciones de gobierno, ya sea publicas o privadas, para realizar su actividad, muchos trabajos informales dependen de estas ligas deportivas de fin de semana o de intersemanales que ejercen su función en horarios más o menos nocturnos, las hay que realizan actividades en la tarde y otras que pueden terminar de madrugada. Así árbitros, tienditas, maquiladores, taxistas, camperos, tiendas deportivas y un largo etcétera tienen un ingreso semanal en las ligas deportivas.
Todo se detuvo.
Después de los primeros meses. Los mas desesperados se juntaban para hacer lo de siempre, reunirse una o dos veces por semana en algún espacio libre de vigilancia a jugar su deporte contra los mismos de siempre.
Se hicieron intentos para realizar actividades deportivas y se está desarrollando una especie de “bajo mundo” del deporte donde a escondidas, sin permisos y sin ningún tipo de restricciones la gente se juntaba para jugar, los árbitros, desesperados para ejercer su labor y los organizadores que veían su segundo ingreso o a veces era el primero, afectado. Las organizaciones serias se mantuvieron a la espera para no arriesgar a sus usuarios, como el Deporte Universitario, que cerró las becas a estudiantes atletas y esta ante la disyuntiva de mantener o no a los entrenadores después de un año de no poder trabajar con los equipos representativos que no tienen campeonatos. Otros aprovechando la necesidad enorme de desahogo de los deportistas de fin de semana durante el encierro de la pandemia, hicieron juegos amistosos, encuentros relámpago, prometieron torneos en fechas próximas, hicieron encuentros que propiciaron que la gente dejara la sana distancia y aumentara los índices de contagio, en muchos casos con permisos de las autoridades que por un lado pretendían hacer gala de su eficiencia y después les cancelaban los permisos de realizar la actividad.
Hubo casos de organizaciones deportivas e instalaciones gestionadas por ejemplo la Delegación Benito Juárez, donde gracias a la visión de utilizar el conocimiento proveniente de las ciencias aplicadas al deporte pudieron establecer protocolos adecuados y confiables, pero en lo general la mayoría oscilaban entre ningún protocolo o creer que jugar con cubrebocas era la medida mágica para evitar contagios o cerrar completamente las instalaciones para no arriesgarse.
La Comisión Nacional del Deporte, guarda silencio y nadie sabe si prefiere que sea así, pues en términos generales no requerirá explicar resultados, los estados y sus institutos del deporte, así como las federaciones nacionales están a la espera de lo que será el regreso a la presencialidad.
Tras casi un año de pandemia creo que es el momento de hacer una pausa y planificar como se han de reiniciar los programas de deporte, como es que debemos atender un muy seguro incremento en la población obesa, hipertensa y sedentaria, porque los que hacen ejercicio hoy a pesar de la pandemia son los mismos que hacían ejercicio antes de ella, como es que en educación física los profesores deberán ayudar a los niños a volver a jugar cara a cara, a reírse y a usar su cuerpo como el elemento mas importante de su identidad, socializar de nuevo es una de las tareas mas importantes, dejar el miedo atrás y reconocer que es hora de arrancar de base los vicios y empezar a prevenir la siguiente epidemia con cultura, educación, actividad física y hábitos mas saludables que no nos pongan de rodillas como país, por no haber hecho la tarea que nos corresponde como gobierno, sociedad, educadores físicos y entrenadores ante el próximo virus.