La violencia en cualquiera de sus expresiones no es aceptable, y en el deporte, es inadmisible que los actos de agresión hacia otro ser humano cada día se vean mayormente normalizados en México.
Nos unimos al dolor que embarga a los familiares y amigos de los aficionados que fueron brutalmente lastimados física y psicológicamente por pseudoaficionados de ambos equipos que se enfrentaron en las gradas y en el campo.
Los valores en el deporte son parte fundamental entre los practicantes y sus seguidores.
La reverencia a las normas escritas y convencionalismos sociales deportivos deben ser honrados y profesados con el ejemplo y respeto que merecen, lamentablemente este tipo de acciones los ponen en peligro.
Los agresores generan con su conducta graves trastornos al Fair Play y a la convivencia deportiva dentro y fuera del fútbol.
Las sanciones para todos los implicados por actos dolosos y culposo, deberían de ser castigados de forma ejemplar.
Es momento que las autoridades públicas y privadas deportivas tomen en sus manos la verdadera responsabilidad por este horrible altercado, es necesario hacer un pronunciamiento enérgico a las y los dirigentes deportivos de nuestro país.
Las familias deportivas y aficionados que fueron afectados, merecen el esclarecimiento de los sucedido. Podemos generar un verdadero cambio positivo respecto a la violencia en los estadios de fútbol realizando un trabajo en equipo, y en general merecemos un cambio radical sobre la violencia cada día más frecuente en el deporte.
México es un país grande y merecemos seguir demostrando que lo somos a través de las modificaciones del comportamiento erróneo de las sociedades con ayuda de los procesos de aprendizaje y enseñanza de positivos hábitos y valores para el desarrollo humano de nuestro país.
Es momento para que el deporte como herramienta adecuada para la modificación de patrones de conductas negativas, sea considerado como un área de vital importancia en la educación para que no vuelvan a suceder agresiones como las del pasado 5 de marzo en el estadio Corregidora, considerando al deporte como un ente de cambio positivo verdadero en las conductas de los habitantes en un país.
Es indignante que en pleno siglo XXI, en México, tengamos que seguir lidiando con estas atrocidades en el deporte de manera general y en el fútbol con mayor incidencia.
Debemos reafirmar el ideal del deporte, sus valores culturales y morales como medio para entrenar y mejorar a los seres humanos y para promover la solidaridad entre las personas.
“Ludis Iungit”.
“Unidos por el deporte”.
Atentamente
Dr. Alfonso Geoffrey Recoder Renteral
Pdte. Panathlon Club Ciudad de México
