Entrenador o entretenedor

Fernando Vargas

Pasión por el Deporte

Por José Ortega

Ser entrenador y formar seres humanos a través del deporte es una actividad pedagógica muy importante, que exige por parte de quien las dirige una cualificación adecuada y un elevado sentido de responsabilidad.

El deporte es un fenómeno globalizador que no sólo tiene como objetivo el desarrollo de las capacidades específicas (físicas, técnicas-tácticas y psicológicas), sino también la creación de hábitos deportivos, la mejora de la salud y la adquisición de valores educativos que contribuyan a la formación integral de los deportistas. Siendo así, no se puede desperdiciar este motivante y poderoso mundo del deporte dejando la educación y la enseñanza a personas entusiastas “entretenedores” que, aunque tienen toda la mejor voluntad y entrega a la causa, no poseen ninguna formación que les permita desempeñar esta tarea con la competencia y la calidad que se debe.

El entrenador en el ámbito deportivo no debería continuar siendo el ex jugador o jugador que al final de su carrera deportiva, quien, careciendo de formación específica, es invitado para entrenar a seres humanos como recompensa por los muchos años de dedicación a su institución, club, centro o equipo deportivo y que se limita a aplicar su experiencia de antiguo jugador a organizar y dirigir sesiones de entrenamiento.

El entrenador tampoco deberá ser la persona que, a pesar de tener una formación específica en el ámbito del deporte, no tiene ninguna experiencia pedagógica para realizar sesiones de entrenamiento y competencias. El hecho de haber terminado un curso de entrenadores deportivos de cualquier disciplina en el que se aprende un conjunto de ideas y de conceptos, no permite, por sí sólo, ser un buen entrenador, ya que faltan un conjunto de vivencias que por sí mismas reflejan la realidad del deporte de nuestro país.

Entrenador será aquel que, simultáneamente, posea experiencia y tenga una formación propia que lo habilite para realizar un proceso de enseñanza  aprendizaje, que posea también sólidos conocimientos que le guste trabajar y que consiga establecer una buena relación con sus alumnos, además que sea conocedor de las distintas e importantes fases de desarrollo y que conozca los medios y métodos competitivos más adecuados para el desarrollo integral de sus alumnos.

El entrenador debe constituir un buen ejemplo y un buen modelo para sus alumnos, ya que esto permitirá la configuración de la personalidad y la adquisición de valores y referencias determinantes para su vida futura. Por esto, el entrenador debe tener conciencia del impacto que sus opiniones y prioridades provocan a quienes entrena y dirige, ya que éstos son fácilmente influenciables y diariamente están expuestos a nuevas experiencias y situaciones.

Sobre las influencias de los entrenadores encontramos particularmente interesante la idea transmitida por T. Woods (1985) acerca de la influencia del entrenador, refiriendo que el entrenador es una de las más potentes referencias para la identificación de sus alumnos. Simboliza la fuerza, la capacidad competitiva y la independencia que sus alumnos buscan conseguir desesperadamente a través de la práctica y la competencia deportiva.

El entrenador, debido a lo que es y a lo que hace con sus alumnos, ejerce una fuerte influencia y modela el comportamiento, siendo su acción mucho más fuerte en ocasiones que la de los propios tutores o padres. Los entrenadores de cualquier categoría tienen como principal objetivo el de contribuir a la formación integral adecuada a sus alumnos, pero incentivando siempre el deseo y el gusto por el deporte.

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