Más Allá del Diagnóstico: La Urgencia de Priorizar el Ejercicio en la Lucha Contra la Obesidad en México

Fernando Vargas

Por Geoffrey Recoder

Hoy, sentado en el Foro Obesidad y Sobrepeso en la Cámara de Diputados, me encontré reflexionando sobre la manera en que estamos enfrentando este problema en México. Escuché ponencia tras ponencia, datos alarmantes, cifras sobre diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares. Médicos y especialistas hablaban sobre tratamientos, sobre las consecuencias que sufre el cuerpo cuando el peso excede los límites saludables y si tratamiento. Pero mientras todos discutían cómo atender la obesidad, yo no podía evitar preguntarme: ¿por qué seguimos atacando el problema cuando ya es tarde en lugar de enfocarnos en evitar que llegue a ese punto?

Faltó hablar de prevención. Faltó mencionar que el ejercicio es la mejor vacuna contra la obesidad. Que no basta con hablar de dietas, de restricciones, de medicamentos, si seguimos sin construir una cultura del movimiento. Desde mi asiento, no podía dejar de pensar en lo mucho que México necesita cambiar su enfoque: menos consultorios y más parques llenos de niños corriendo, menos recetas médicas y más gimnasios abiertos para toda la comunidad. No podemos seguir esperando a que las personas enfermen para intervenir.

El Problema: Un Enfoque Médico que Llega Demasiado Tarde

No quiero restar importancia al conocimiento médico, sería un error hacerlo. Pero en el foro, me di cuenta de algo preocupante: la obesidad se sigue viendo solo como un problema de salud y no como un problema social, cultural y educativo.

Sí, es fundamental atender a quienes ya están afectados, pero, ¿qué hay de las generaciones que vienen? ¿Cómo evitamos que los niños de hoy se conviertan en los pacientes de mañana? Las estadísticas ya nos gritan la respuesta: México es uno de los países con más obesidad infantil en el mundo, y sin embargo, la actividad física en las escuelas sigue siendo mínima. ¿Cómo queremos que un niño valore el ejercicio si en su entorno todo lo empuja hacia el sedentarismo?

Los hábitos se construyen desde la infancia, y aquí es donde hemos fallado. ¿De qué sirve insistir en la importancia de la salud si no creamos las condiciones para que la gente pueda moverse? En el foro, eché de menos que alguien dijera que el ejercicio no debería ser opcional, sino un derecho y una prioridad en nuestra política pública.

La Educación Física y la Educación Deportiva: La Asignatura Olvidada

Desde hace años, la Educación Física y la Educación Deportiva en México ha sido relegada a un papel secundario. En muchas escuelas, apenas si se imparte, y cuando se hace, muchas veces se ve como un simple recreo. Esto es un error monumental. Mientras escuchaba a los expertos, no pude evitar recordar cuántas veces he visto que se recortan presupuestos para  la educación física, y el deporte escolar, cuántos espacios deportivos han sido abandonados, cuántos jóvenes nunca han descubierto el placer del movimiento porque nadie les enseñó que hacer ejercicio no es un castigo, sino una fuente de bienestar.

Las escuelas son el primer frente de batalla contra la obesidad, pero en lugar de reforzar la actividad física, la hemos ido eliminando. Urge cambiar esto. Necesitamos más horas de ejercicio en las aulas, programas deportivos bien estructurados, docentes capacitados en nuevas metodologías para hacer del movimiento una experiencia agradable y no una obligación tediosa.

Y no solo en las escuelas. En la Cámara de Diputados, pensaba en lo que pasa en los centros de trabajo, en los hogares, en las comunidades. Hemos diseñado una sociedad en la que moverse es cada vez más difícil. Desde niños, nos enseñan a estar sentados por horas, y cuando crecemos, seguimos atrapados en escritorios, en coches, en rutinas que nos quitan la oportunidad de activarnos.

Propuestas para un Cambio Real

Si de verdad queremos combatir la obesidad, hay que pasar de la teoría a la acción. Al salir del foro, reflexioné sobre qué políticas públicas podrían hacer una diferencia real. Aquí algunas que considero urgentes:

  1. Más Educación Física y Educación Deportiva en las Escuelas: No basta con una hora o dos a la semana. Necesitamos un programa estructurado que garantice que los niños y adolescentes se activen al menos cuatro a cinco veces por semana, con planes adecuados a su edad y necesidades.
  2. Espacios Públicos para el Ejercicio: No podemos pedirle a la gente que haga ejercicio si no tienen dónde hacerlo. Hay que rescatar parques, calles, canchas y gimnasios comunitarios, y asegurar que sean accesibles y seguros.
  3. Promoción del  Ejercicio Físico y el Deporte en el Ámbito Laboral: Muchas personas pasan más de ocho horas al día en un escritorio. Se necesitan programas que fomenten pausas activas, incentivos para quienes practiquen ejercicio y horarios más flexibles que permitan a los trabajadores mantenerse activos.
  4. El Ejercicio Como Parte de la Salud Pública: Así como los médicos recetan medicamentos, también se debería recetar ejercicio por los profesionistas en la materia. Se necesita integrar el movimiento dentro de los tratamientos médicos, y crear la figura del “Médico del Ejercicio” (profesionista en educación física y deporte ) que guíe a los pacientes en su proceso de activación física.
  5. Campañas Nacionales de Cultura Física: Hay que enseñar que moverse es más que hacer deporte, es una forma de vida. Desde la infancia, debemos inculcar la idea de que el ejercicio no es solo para atletas, sino para todos.

Un Llamado a la Acción

En la Cámara de Diputados, escuché muchas soluciones médicas para la obesidad. Todas valiosas, todas necesarias. Pero no puedo dejar de insistir en que el verdadero cambio no vendrá de los consultorios ni de los hospitales. La solución real está afuera, en las calles, en las escuelas, en los parques, en cada espacio donde podamos fomentar el movimiento.

Es momento de replantear nuestra estrategia. De dejar de ver el ejercicio como un complemento y reconocerlo como el pilar de la prevención. De exigir políticas que prioricen la actividad física en lugar de tratar la obesidad cuando ya es demasiado tarde.

Porque si algo me quedó claro ayer, es que la lucha contra la obesidad no se ganará con más medicamentos ni con más cirugías. Se ganará cuando logremos que cada niño, cada joven, cada adulto, entienda que moverse no es solo una opción, sino la clave para una vida plena y saludable.

EL DEPORTE NO DESCANSA

Alfonso Geoffrey Recoder Renteral

Especialista en Gestión, Dirección y Administración en Cultura Física y Deporte. Doctor Honoris Causa. Posdoctorando en Derecho. Doctor en Ciencias de la Educación. Doctorante en Administración y Política Pública. Maestro en Gestión de Entidades Deportivas. Maestro en Administración. Maestro en Ciencias de la Educación con especialización en Gestión de Estudios Superiores. Maestrante en Ciencias del Deporte. Maestrante en Metodología del Entrenamiento Deportivo. Maestrante en Periodismo y Comunicación Deportiva.  Licenciado en Educación Física. Licenciado en Derecho.  Cursó el Seminario Sports Visitor Program: Enhancing the Paralympic Movement, United States Olympic & Paralympic Committee, Colorado Springs, USA. Cursó el Seminario Técnico–Metodológico para Directivos del Deporte de Alto Rendimiento en la Universidad de la Cultura Física y Deporte “Manuel Fajardo”, Cuba. Cursó el Seminario en Gestión de Entidades Deportivas en la Escuela Universitaria del Real Madrid, España. Cursó el Diplomado en Alta Dirección en el Deporte, por la Confederación Deportiva Mexicana.