Deporte Estrella
Por: G. Stefano Niro Serrano
La analogía entre el deporte y las estrellas no es solamente una referencia simbólica al universo Junguiano y su imaginario colectivo en relación a dichos objetos astronómicos.
Esta analogía es la referencia a las características de los elementos que componen a los cuerpos celestes y que en su complejo de conformación, coexiste un interesante paralelo con el sistema y componentes del deporte.
Para explicar mejor la relación entre el objeto cósmico y los mecanismos que intervienen para la presencia del deporte en nuestro mundo, se hace necesario determinar los principios sistémicos tanto de las estrellas como del deporte (conocer al conjunto y componentes que se relacionan entre sí y por lo tanto lo que los hace o determina como un sistema a cada uno de ellos).
En su conjunto o principio sistémico, las estrellas son gigantescas esferas de gas revolucionado. La composición química de las estrellas y la actividad nuclear que se genera en su interior, producen la radiación que escalará la magnitud -la medida de luz y brillo en un espectro que es la escala de valor para la distribución de la energía que emite o absorbe una sustancia- que las clasificará según la variabilidad lumínica.
Las estrellas además, tienen una fuente de energía interna que las faculta de gravedad propia que las mantienen suspendidas en el espacio. Conjuntamente la misma fuerza gravitatoria empuja a la materia hacia su centro y el plasma de la superficie, en forma de radiación electromagnética, luz y calor, ejerce la presión hacia el exterior que les proporciona el perfil o forma de esferoides luminosos y que desde la tierra se les percibe como la intermitencia o destello característico en el cielo nocturno.
El deporte por su parte, es también un complejo de fuerzas y elementos que lo conforman y le dan sustancia propia. Produce su propia energía mediante estructuras sinérgicas adquiriendo “peso y brillo según la cantidad de energía desarrollada”. Peso en cuanto a la incidencia social, política y económica que se tenga en el país. Brillo en alusión a la presencia, pertenencia y pertinencia que se tenga entre los individuos, ciudadanía y sociedad del país. Es decir, cuánto y cómo persiste el deporte en una sociedad.
El deporte se auto-genera, se produce a sí mismo, es una auto-unidad pues es una red de procesos de producción, transformación y cambios continuos dentro de sus propias dimensiones: es autopoiético (Maturana, 2004). El deporte se encuentra en un espacio donde su luminiscencia y resplandor lo hace ilimitado al no tener bordes definidos o límites que lo contengan por que el deporte se encuentra en cada actividad humana sea en el sentido directo de su presencia y participación o en sentido inverso en donde cada actividad humana tiene que ver con todos los aspectos de sus procesos para que exista y coexista como deporte definido en marca, objeto o entidad dentro de algún componente (de servicios, infraestructura, administración, promoción, etc.) o como ingrediente (de productos, medicamentos, alimentos, etc.) o como pieza (partes físicas de manufactura, construcción y ensamblaje) o finalmente como mercancía de uso comercial (playeras, accesorios, merchandising, etc.) por lo cual el deporte es -a entender desde lo general de su significado- una esfera que evoluciona o involuciona con el tiempo siendo del tamaño que su propia energía le permita irradiar más allá de sus campos o regiones inherentes a su perfil o forma.
Para los efectos de este artículo, es dentro del significado de deporte lo que justifica la relación del sistema estelar con el sistema deportivo. En esencia el deporte es la actividad de los individuos que los concibe como tal o sea como individuos por que el deporte en sus principios, es ético, social y generador de sentido así como de producción de sentidos e identidad. A la base de estos principios, se desarrolla un sistema complejo con sus mecanismos, métodos y modelos que lo harán en mayor o menor medida y de manera metafórica, un cuerpo celeste a escala terrestre y humana. Ambos, las estrellas y el deporte en la analogía, tienen tres factores comunes: que radian o sea que producen su propia radiación, que son objetos contenidos por su propia gravedad y que tienen una fuente de energía que producen desde su interior. Tanto las estrellas como el deporte tienen una superposición de regiones o sea, diferentes capas o estratos como áreas específicas en donde se encuentran sus componentes. Al centro tienen el núcleo, que en la estrella es donde se genera la reacción termonuclear pero en el deporte es donde se genera la voluntad, el ímpetu para crear las estrategias, gestionar los recursos y determinar los objetivos, es pues, el motor del deporte. En otra región o plano, la estrella tiene un envolvente que contiene materia en movimiento y que en la analogía sería aquello que envuelve al deporte como los medios de comunicación, la afición, los eventos, la mercadotecnia y la economía. El recubrimiento más externo es una región llamada fotósfera o corona con sub-capas a las cuales se les caracteriza dentro de esta aproximación, por ser el sentido y las implicaciones que son etéreos, sutiles y multidimensionales en referencia a los múltiples factores y su continua dinámica que los caracteriza haciéndolos difíciles de observar y aún más, interpretar desde un primer acercamiento para comprenderlos. En otras palabras, son los sentires y saberes de la sociedad y sus individuos.
El deporte como las estrellas tiene alcance hasta donde la radiación lumínica logre llegar pero más importante aún, dicha radiación u onda de luz solamente será percibida si volteamos a ver el espacio en donde se encuentra. Una vez identificada, se tendrá que medirla en la escala del espectro donde se encuentra la intensidad de la magnitud de cada estrella o deporte ya en específico. Cada uno de éstos brillará según la energía que produzcan y de ello derivará el tipo de ente entre los otros entes similares. O sea, se destacarán de los demás según la fuerza que irradien.
En las estrellas los componentes están constantemente en movimiento debido a la combustión y se manifiesta como incandescencia. En el deporte ese mismo movimiento revolucionado debe ser parte de la rápida reacción de los elementos para que la combustión, la gravedad, la radiación y la magnitud le de un brillo tan intenso como para destacarse en el firmamento de las constelaciones.
El deporte debe brillar y pesar en nuestra cultura todo el tiempo para no ser solamente una estrella fugaz; para que no sea como una lluvia de estrellas que se vislumbran rara vez y luego desaparecen.
El deporte debe ser una gran estrella en nuestra galaxia de la cotidianidad. Nuestro deporte debe ser una estrella como el sol. Inmensa, poderosa, interminable, energética, que lanza enormes columnas de fulgores que nos fascinan e iluminan.
Un sol que con uno solo de sus rayos, nos atraviese los corazones para que nunca nos envuelva la oscuridad…
Bibliografía
Maturana, Humberto. De máquinas y seres vivos: una teoría sobre la organización biológica. Editorial lumen Humanitas, España, 2004.
Sitiografía
¿Qué es una estrella? Eduardo Rubio. https://youtu.be/BC0O5mwISCc
Niro, G. Stefano. Artículo: Significación del deporte en las sociedades en transición 3ª parte. Columna: El deporte no descansa. Junio 2020. http://eldeportenodescansa.com.mx/mondo-sportivae-3/
GIOVANNI STEFANO NIRO SERRANO
Académico con 25 años de trayectoria. Publicista. Presidente y Socio Fundador de Circuito Ultras organización para la Paz a través del Deporte. Asesor para la transversalidad del Deporte de la Alianza para la Educación Superior; VP de la RED de Investigadores sobre Deporte, Cultura Física, Ocio y Recreación; VP Relaciones Interuniversitarias de la Asociación Nacional de la Publicidad; Asesor externo del Consejo Nacional de Autorregulación y Ética Publicitaria. Autor de libros y artículos en investigación sociológica y mercadotécnica del deporte. Coordinador de foros para la investigación del deporte en las áreas de: mercadotecnia, salud y bienestar, equidad e inclusión, arte y cultura, políticas públicas y política. Ultramaratonista.
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