Daniel Aceves Villagrán
La lucha libre profesional es el deporte más espectacular o el espectáculo más deportivo en México, un fenómeno sociológico con antecedente centenario y que al paso del tiempo ha permanecido como un referente para millones de personas que en este espectáculo ubican el color, el drama, la fantasía, el esfuerzo, el profesionalismo, la alegría, la tristeza, el arrojo, el coraje, la simpatía y la diversión.
Se conmemoró el 68 aniversario de la Arena México, el coloso de la colonia Doctores en la alcaldía Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, un lugar icónico en donde se han protagonizado miles de encuentros luchísticos, boxísticos, conciertos musicales, funciones circenses; incluso, fue sede del box de los Juegos Olímpicos de México 1968, además ahí se han realizado mítines sindicales, encuentros religiosos y políticos, con un aforo para 18 mil personas.
Fue don Salvador Lutteroth quien con idea visionaria construyera e inaugurara la Arena Coliseo en 1943 y la Arena México el 27 de abril de 1956, y en el aniversario de ésta última se enmarcó la entrega de la Copa Bobby Bonales, luchador insignia de las décadas doradas de la lucha libre y su transmisión en la incipiente televisión mexicana.
La Maravilla Moreliana, cuyo nombre real fue Roberto Aceves Bonales y su nombre luchístico Bobby Bonales fue antagónico del Santo, Blue Demon, Gory Guerrero, Sugi Sito, Cavernario Galindo, Enrique Llanes, Tonina Jackson, Médico Asesino, entre muchos otros, se mantuvo activo cerca de 40 años y siendo mi padre legó a mis hermanos y a mí una gran cultura del esfuerzo, disciplina, constancia y perseverancia.
Al paso de los años y a punto de cumplirse 30 años de haber fallecido, quedan vigentes las anécdotas y vivencias de quienes a través de su amor a la lucha libre encontraron su destino y sustento con las vicisitudes de la vida de luchador, los bajos ingresos económicos, la fama efímera, las lesiones de todo tipo, la lejanía constante de sus familias, los accidentes carreteros, los múltiples amores, las giras triunfales o de fracasos que sólo los que nacieron en medio de una revolución pudieran entender y comprender.
Sirvan estas menciones para enaltecer a quienes le dan vida a la mejor lucha libre del mundo, la de México. Se calcula que después del futbol y el beisbol, la lucha profesional es el deporte más visto en nuestro país, una pequeña industria que genera empleos directos e indirectos con una plantilla estimada de entre tres mil y cinco mil luchadoras y luchadores, en donde una pequeña élite de ellos, en su caso, pueden acceder a ingresos únicos por su práctica luchística, de un deporte que encuentra su principal carencia en la seguridad social.
Dentro de los pendientes existe la necesidad de que con base en la Ley General de Cultura Física y Deporte, la Conade integre una comisión nacional de lucha libre que articule y promueva que las comisiones estatales en la materia tengan las herramientas para proteger la integridad y la vida de las luchadoras y los luchadores de nuestro país, así como el acceso a los beneficios que pueda otorgar el Estado mexicano a quienes se desempeñan en esta profesión, que junto con los diversos actores sociales requieren de apoyos y estímulos que garanticen su dignidad de vida.