
Por Bruno Renato Flores Suárez
Continuando con los análisis de las políticas públicas que impactan a nuestro ámbito profesional hoy abordamos el tema de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, después de los estudios respectivos, respecto a la importancia de la actividad física, como parte de la cultura física y su valor para potenciar la vida saludable en cualquier etapa etaria.
La OMS, para iniciar, define la actividad física como todo movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que requiere consumir energía. En la práctica, consiste en cualquier movimiento, realizado incluso durante el tiempo de ocio, que se efectúa para desplazarse a determinados lugares y desde ellos, para trabajar o para llevar a cabo las actividades domésticas. La actividad física, tanto moderada como intensa, mejora la salud. Entre las actividades físicas más comunes cabe mencionar: caminar, montar en bicicleta, pedalear, practicar deportes y participar en juegos y actividades recreativas. Todas las personas pueden realizarlas y disfrutar de ellas en función de su capacidad.
¿Si la actividad física es beneficiosa para la salud y el bienestar, que pasa cuando no se practica?: Resulta en que aumenta el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles (ENT) y otros problemas de salud. Conjuntamente, la inactividad física y los hábitos sedentarios contribuyen a aumentar las ENT y suponen una carga para los sistemas de salud nacionales.
La mejora de los niveles de actividad física redundará positivamente en la salud y el bienestar y ayudará a alcanzar las metas mundiales en materia de ENT y varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que sugiere la Agenda 2050 y que trataremos en próxima edición. Sin embargo, para lograrlo se necesitarán más compromisos e inversiones por parte de los Estados Miembros de la OMS; innovaciones y aportaciones de agentes no estatales; la coordinación y colaboración entre varios sectores; y la orientación y el seguimiento continuos por parte de la organización mundial.
En las Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios se ofrecen recomendaciones para niños mayores de 5 años, adolescentes, adultos, personas mayores, embarazadas y puérperas, y personas con enfermedades crónicas y discapacidad. Se detalla la frecuencia, la intensidad y la duración de la actividad física necesarias para que esta práctica redunde significativamente en la salud y ayude a reducir los riesgos. En el documento se recuerda que incluso un poco de actividad física es mejor que ninguna y que toda actividad cuenta. Todas las personas, con independencia de su edad, deben reforzar su musculatura y limitar el tiempo que dedican a realizar actividades sedentarias.
La inactividad física es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad por enfermedades no transmisibles. Las personas que no hacen suficiente ejercicio presentan un riesgo de mortalidad de un 20% a un 30% superior a las que son suficientemente activas. Estos son los beneficios de la actividad física:
- en el niño y el adolescente: mejora la forma física, la salud cardiometabólica y de los huesos, y la capacidad cognitiva y la salud mental, y reduce la grasa corporal;
- en el adulto y el anciano: reduce el riesgo de mortalidad por todas las causas y por enfermedades cardiovasculares, la aparición de hipertensión, de cánceres en lugares específicos y de diabetes de tipo 2, y las caídas, y mejora la salud mental, la salud cognitiva, el sueño y las medidas de grasa corporal; y
- en las mujeres durante el embarazo y el puerperio: reduce el riesgo de pre eclampsia, hipertensión gestacional, diabetes gestacional, el aumento excesivo de peso durante el embarazo, las complicaciones en el parto, la depresión posparto y las complicaciones del recién nacido. Además, cabe señalar que la actividad física no tiene efectos adversos sobre el peso al nacer ni entraña un mayor riesgo de muerte prenatal.
El sedentarismo consiste en realizar actividades de bajo gasto de energía mientras se está despierto, como sentarse, reclinarse o tumbarse. Los modos de vida de las personas son cada vez más sedentarios debido al transporte motorizado y al uso creciente de pantallas para el trabajo, la educación y el ocio. Los datos demuestran que el aumento del sedentarismo se asocia con los siguientes efectos negativos en la salud:
- en el niño y el adolescente: aumento de la grasa corporal; deterioro de la salud cardiometabólica, la forma física y el comportamiento pro social; y reducción de la duración del sueño; y
- en el adulto: aumento de la mortalidad por cualquier causa, por enfermedades cardiovasculares y por cáncer, así como de la incidencia de enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes de tipo 2.
La OMS de manera permanente hace un seguimiento periódico de las tendencias relativas a la inactividad física. Según un estudio reciente, casi 1800 millones de adultos (el 31%) no practican actividad física, o más concretamente, no cumplen las recomendaciones mundiales de realizar una actividad física moderada durante al menos 150 minutos a la semana. El nivel de inactividad se ha incrementado cinco puntos porcentuales desde 2010 y, de mantenerse esta tendencia, la proporción de adultos que no alcanzarán los niveles recomendados de actividad física será del 35% en 2030.
A nivel mundial, se observan diferencias notables en los niveles de inactividad física en función de la edad y el sexo:
- Las mujeres son una media de cinco puntos porcentuales menos activas que los hombres, un dato que se mantiene desde 2000.
- Después de los 60 años, la actividad se reduce tanto en los varones como en las mujeres.
- El 81% de los adolescentes (de 11 a 17 años) no realizan actividad física. (2)
- Las adolescentes son menos activas que los chicos: el 85% no cumplen las recomendaciones de la OMS, por un 78% en el caso de los varones.
Hay diversos factores que determinan el grado de actividad física de las personas y el nivel general en cada grupo de población, que guardan relación con el individuo o con determinantes sociales, culturales, ambientales y económicos más amplios que influyen en el acceso y las oportunidades de mantenerse activo de forma segura y agradable.
En el Plan de Acción Mundial de la OMS sobre Actividad Física se formulan recomendaciones sobre las políticas públicas para que los países y las comunidades promuevan la actividad física y velen por que todas las personas tengan más oportunidades de mantenerse activas con regularidad. Por ejemplo, se recomiendan políticas que promueven la posibilidad de desplazarse a pie, en bicicleta y en transporte no motorizado; que ofrecen más las oportunidades de realizar actividad física en las escuelas, los lugares de trabajo, las guarderías y en la prestación de servicios de salud; y que aumentan la accesibilidad y la disponibilidad del deporte popular y los espacios públicos abiertos.
En conclusión, la aplicación de políticas eficaces para aumentar los niveles de actividad física requiere un esfuerzo colectivo y coordinado de varios servicios públicos en todos los órdenes de gobierno y a todos los niveles, como la sanidad, el transporte, la educación, el empleo, el deporte, el ocio y el urbanismo. Además, es preciso que, a nivel tanto local como nacional, las organizaciones no gubernamentales y diversos sectores, partes interesadas y disciplinas se comprometan a colaborar en aplicar políticas y soluciones adecuadas al entorno cultural y social de cada país. Deben priorizarse las políticas encaminadas a solventar las disparidades en los niveles de actividad física, promoviendo, posibilitando y fomentando que todas las personas la puedan realizar.
Soy Bruno Renato Flores Suárez: Profesor y Licenciado en Educación Física, con Maestría en Educación Deportiva, Docente Especialista en gestión y administración en el deporte para diversas Universidades Públicas y Privadas, Diseñador Curricular de Planes y Programas de Estudio para la formación pedagógica en el ámbito de la Cultura Física, Doctor Honoris Causa, Conferencista internacional en temas pedagógicos, administrativos y legales del Deporte, coordinador de propuestas legislativas vigentes a nivel nacional y estatal, así como analista y comentarista en programas de Radio, Televisión y redes sociales.
Cualquier comentario respecto al tema aquí tratado es ampliamente aceptado en el correo fbrunorenato@gmail.com
Referencias bibliográficas
- National, regional, and global trends in insufficient physical activity among adults from 2000 to 2022: a pooled analysis of 507 population-based surveys with 5·7 million participants. The Lancet Global Health (2024).
- Guthold, R., Stevens, G., et al. Global trends in insufficient physical activity among adolescents: a pooled analysis of 298 population-based surveys with 1.6 million participants. The Lancet Child & Adolescent Health Vol. 4 Iss. 1 (2019).
Destacado
- Informe sobre la situación mundial de la actividad física 2022
- Plan de Acción Mundial sobre Actividad Física 2018-2030. Más personas activas para un mundo sano
- Directrices de la OMS sobre actividad física y comportamientos sedentarios
- Cuestionario Mundial sobre Actividad Física (GPAQ)
- Proyecto de hoja de ruta 2023-2030 para la aplicación del plan de acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles 2013-2030
Bruno Renato Flores Suárez

Profesor y licenciado en Educación Física, con Maestría en Educación Deportiva, Docente Especialista en gestión y administración en el deporte para diversas Universidades Públicas y Privadas, Diseñador Curricular de Planes y Programas de Estudio para la formación pedagógica en el ámbito de la Cultura Doctor Honoris Causa, Conferencista internacional en temas pedagógicos, administrativos y legales del Deporte, coordinador de propuestas legislativas vigentes a nivel nacional y estatal, así como analista y comentarista en programas de Radio, Televisión y redes sociales.
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