Por José Ortega
Aunque en los niños deportistas y hablo de cualquier disciplina que se practique difícilmente pueden tener lesiones debido a que en estas edades entre los 8 y los 13 años por encontrarse en un proceso biológico natural de crecimiento y maduración, tanto del sistema muscular y esquelético en formación (cartílagos, músculos, tendones y la nula osificación del esqueleto). Sin embargo, aparecen una serie de molestias en unas zonas muy concretas y determinadas, que sin motivo aparente son fuente de preocupación para madres, padres y entrenadores y que se trata de molestias más que de “lesiones”, pero eso sí, muy frecuentes en los niños deportistas y que reciben diferentes nombres, pero la más conocida la tendinitis (por mencionar alguna) y entre otras mejor conocidas como enfermedades del crecimiento.
En el niño deportista, la parte posterior de la pierna, el talón y la rodilla son las zonas en donde existe mayor frecuencia y donde aparece este tipo de molestia o lesión, aparecen en niños que realizan entrenamientos y competencias regulares y es un tanto por ciento elevado. Todo comienza con pequeños dolores en la parte posterior de la pierna al culminar el entrenamiento o partido y siempre sin motivo aparente y como cede con el reposo, el niño no dice nada y sigue entrenando o compitiendo, por lo que el dolor va instaurándose y apareciendo ya también al inicio del entrenamiento y los partidos, pero con el calentamiento desaparece para volver a presentarse al fin del mismo o al rato de finalizar. Si se sigue entrenando y compitiendo con esta molestia se hará más intenso, lo que impide la participación de los niños. La evolución de este tipo molestias o de lesiones en los niños es benigna, el tratamiento debe basarse única y exclusivamente en reposo. En la primera y segunda fase, la aplicación de frío o hielo después del entrenamiento o el partido, así como una disminución de la actividad, será suficiente como para que desaparezcan.
En algunos casos debemos ser prudentes ordenando la suspensión de la actividad del niño durante algunos días, y ya en la tercera fase se impone la suspensión total de las actividades favoreciendo la evolución con tratamiento fisioterapéutico adecuado. En las lesiones que se localizan en el talón, la colocación de una talonera será beneficiosa y en las lesiones de la rodilla, denominada enfermedad de Osgood Schtatter, un vendaje funcional efectuando una ligera presión a nivel del tendón, será una buena medida a utilizar. Los estiramientos de la parte posterior de la pierna en los niños (isquiotibiales y tríceps sural) donde aparecen estas molestias será una buena terapia no solo como tratamiento de ayuda para disminuir el dolor, si no para evitar la posterior aparición de estas enfermedades o lesiones. Diferentes estudios científicos que se han realizado recientemente en niños que tienen estas molestias, han arrojado acortamientos de estos ligamentos y músculos en crecimiento implicados, por lo cual madres, padres y entrenadores debemos prestar gran atención.