POR MÁS URÍAS, GONZÁLEZ, VALENZUELAS.
10 de noviembre 2020
Apenas han transcurrido un par de semanas luego del histórico triunfo de los Dodgers en la Serie Mundial. Muchos mexicanos nos sentimos identificados con este logro ya que el equipo de Los Ángeles incluyó en sus filas de la gloria a dos compatriotas: Julio Urías y Víctor González.
En todo el país y el extranjero hubo muestras de apoyo y reconocimiento, incluso el presidente de México, dejo escapar un tuitazo. Naturalmente, el sentimiento de identidad nacional nos une a estos logros deportivos de alcance global. Sin embargo, una vez pasada la euforia triunfal, surgen ciertas reflexiones inevitables.
¿Por qué resulta novedoso que un equipo profesional de la Major Leage Baseball tenga en su haber jugadores mexicanos? Lo mismo sucede en la NBA, en la NFL, incluso en el futbol de la MLS. Hay poca presencia de mexicanos como no la hay de atletas provenientes de otros países. Es común ver jugar, por ejemplo, dominicanos y cubanos con muchísima más frecuencia. Algo están haciendo otros países latinoamericanos que México no está haciendo. Podemos hablar de apoyo económico a los deportistas en su fase amateur, podemos hablar de falta de difusión de las distintas disciplinas deportivas, también podemos considerar el Índice de Desarrollo Humano de nuestra población. No se puede pensar en grandes atletas cuando hay bajas puntuaciones en variables como la salud y el bienestar económico.
Por otra parte, no omitamos el factor económico de los deportes profesionales. ¿Habrían triunfado Urías, González y Valenzuela en un deporte amateur, sin los sueldos que les permitieron sustentar sus logros? Hasta hace muy poco tiempo, México tenía un antídoto llamado FODEPAR para esta carencia de los deportes amateur. No menos importantes, pero sí menos redituables al no contar una plataforma profesional que permita ingresos de entradas a estadios, publicidad televisiva constante, patrocinios rentables, etc. Hasta hace muy poco tiempo, existía este fideicomiso para apuntalar logros importantísimos como los de Atletismo, Taekwondo, Clavados, Gimnasia, etc. Pero ya no existe más ningún apoyo. Los tiempos recios en materia política extinguieron este mecanismo económico que logró acuñar tantas medallas para nuestro país.
Finalmente, ¿detrás de Urías y González, cuántos atletas se quedaron en el camino? Estamos de acuerdo en que para llegar a la cima del deporte profesional, muchos aspirantes se quedan en la cuesta. Lo mismo sucede con el deporte de alto rendimiento. Siempre hay miles de deportistas que recorrieron el trayecto hacia una medalla olímpica, pero no lograron conseguirla. Así es el deporte de élite, pero para aumentar las probabilidades de logros mundiales, primero debe partirse de lo nacional, lo regional y lo local. Es decir, requerimos miles y miles de aspirantes, hombres y mujeres, niños, jóvenes y no tan jóvenes. De esta manera, algunos tal vez alcancen la gloria deportiva. Pero sin ese trabajo desde la base, jamás podrá aspirarse a la punta de la pirámide.
¿Qué sucedería si pese a la inversión económica en el deporte nacional, la voluntad política, los esfuerzos ciudadanos, los aportes académicos, y demás apoyos, no surgiera un solo representante en el deporte de élite? Contaríamos con una población más saludable, más resiliente, más autorregulada y con mayor calidad de vida, aun sin haber conseguido ningún logro mundial. Un “premio de consolación” nada desdeñable.
Por la armonía y el desarrollo humano…
#DeportivaMente.
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ALEXIS RAZIEL VALDÉS RODRÍGUEZ
- Maestro en Apreciación y Creación Literaria por la Universidad IEU.
- Licenciado en Psicología con Mención Honorífica por la Facultad de Psicología de la UNAM.
- Diplomado Gestión Educativa e Innovación por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, UNAM.
- Diplomado Pilares para la Docencia de Calidad por la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad León, UNAM.
- Académico y directivo en la UNAM.
- Cinta negra 2° Dan en Taekwondo.
- Líneas de investigación: Psicología del Deporte, Psicología de la Educación y del Desarrollo, Enseñanza y Filosofía de la Ciencia, Ciencias del Deporte, alfabetización científica, lecto-escritura, creación literaria y conocimiento de frontera.
