Por: Sthefany Montana Mira
“La activación física se deja como responsabilidad del ciudadano, pero ésta debe ser una política pública en el país”
Ivar Sisnegas
Lo ahora acontecido en el mundo, a causa de infecciones respiratorias, atribuidas al Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS), el cual se ha descubierto más recientemente la enfermedad del Covid-19, esto es sin duda un golpe de mayúsculas proporciones en el acontecer político, social, económico y cultural en todo el mundo. Esta problemática global de salud pública llegó a ventilar los flancos con mayor carencia y debilidad de la administración no solo pública sino también privada. ¿En qué situación halló a México? El Covid-19 sorprendió a la población mexicana según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2018) con el 75.2 % (39.1% sobrepeso y 36.1% obesidad) de sobrepeso y obesidad en adultos mayores de 20 años, un 22.2% de la población de 0 a 4 años se identifica con riesgo de sobrepeso y obesidad, con 31 millones de hipertensos y con 8.6 millones de diabéticos registrados. Las cifras son tan alarmantes y reveladoras como la misma angustia del que hacer y devenir. Por ello creemos que quizá, solo quizá, si consideramos a la cultura física en especial a la activación física, desde un enfoque de supervivencia veamos alguna manera de construir un ordenamiento de mejora y no sumar a la refriega social. México tiene ahora la necesidad no solo de valorar sino de priorizar los trabajos profesionales del personal del cuidado de la salud y prevención a la enfermedad y ser el Estado quien vele por los mismos, como lo define la OMS (2017) la prevención son “las medidas encaminadas a impedir que se produzcan deficiencias físicas, mentales y sociales”.
La nación demanda unir fuerzas de quienes estamos involucrados en el área, mediante un equipo multidisciplinario en busca de un trabajo transversal, donde el objetivo no sea el de ser protagonista, ni buscar un beneficio propio, sino hacer un trabajo colectivo en busca de un beneficio social porque finalmente es nuestro deber y responsabilidad, donde se sumen médicos, psicólogos, nutriólogos, cultores físicos, educadores físicos, etc. Si bien es cierto, no seremos un grupo de adivinación el cual quiera probar suerte y mucho menos videntes para predecir el porvenir, simplemente un grupo de profesionales encausados al cuidado de la salud, mediante el fundamento científico y la praxis en cada área. De igual manera, resulta necesario dar un salto de calidad en las políticas públicas referentes a la activación física (priorizarlas, profesionalizarlas y aplicarlas), desde una perspectiva de prevención más allá de la erradicación.
Sthefany Montana Mira
Maestrante en Gestión Deportiva, Universidad de La Salle Bajío. Tiene una Licenciatura en Cultura Física y Deporte por la Universidad Autónoma del Estado de México. Cuenta con un Diplomado en Psicología Deportiva por la Universidad de La Salle Bajío. Es miembro de la Asociación de Gestores Deportivos del Estado de México. Ha trabajado como Jefa del Departamento de Activación Física y Recreación en la Dirección General de Cultura Física y Deporte del Gobierno del Estado de México y también como Gerente Deportivo de un Club Privado del Estado de México. Fué seleccionada universitaria de karate do.