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El deporte: reanimador económico y social

En tiempos del COVID-19 y enmarcados en el distanciamiento social a que obliga la Fase 2 de la emergencia sanitaria en México, nos encontramos reconociendo la imperiosa necesidad de generar la activación física en nuestras casas, es por ello que esfuerzos transversales como los que se realizan con la Fundación Alfredo Harp Helú Deporte, el Comité Olímpico Mexicano, el Consejo Mundial de Boxeo WBC, Comedep, Mexicanos Activos, Scholas México, Special Olympics México, el Consejo Mundial de Lucha Libre, medallistas y olímpicos mexicanos, entre otros, promueven este concepto.

La industria deportiva está constituida por agentes económicos del sector público y privado, generando flujos monetarios y empleos directos e indirectos; en el último año, el deporte como sector de bienes y servicios, representó el 2% del Producto Interno Bruto (PIB) a nivel internacional y el 3% del PIB en Europa, por lo que, al estar el deporte en todas sus expresiones en modo pausa, se afectan cientos de miles de empleos, en derrama salarial y en todas las esferas con repercusión catastrófica para una economía de mercado global.

En este entendido, la preocupación sanitaria se asemeja a lo que, inminentemente, será una recesión económica de dimensiones inéditas locales e internacionales, por lo mismo será pertinente articular un frente común con todos los sectores y niveles de gobierno para que, en las restricciones presupuestales que necesariamente se sufrirán, el deporte y la cultura física tengan la viabilidad económica para reanimar no sólo un aspecto fundamental en la autoestima colectiva, individual y en la misma industria del entretenimiento.

El confinamiento que estamos viviendo deberá acrecentar en la conciencia colectiva la necesidad de contar con la expresión del deporte en todas sus manifestaciones.

Se estima que lo que estamos viviendo incrementará en más de 20 millones el número de mexicanos en pobreza multidimensional; una herramienta social y económicamente solvente para revertir esta tendencia tendrá que ser el deporte y la cultura física, actividades de movilización social que otorgarán una autoestima nacional tan necesaria ante una crisis tan profunda.

A 476 días de los reprogramados Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio se necesitarán recursos económicos y humanos para la preparación de las delegaciones que asistirán en representación de nuestro país, no obstante, en el ángulo social se tendrá que estimular fiscalmente a las empresas del sector privado de esta materia y fundamentalmente a los principales patrocinadores del deporte, que son, sin duda alguna, los padres de familia.

Mención que abona a estas reflexiones es el hecho de que el próximo día 6 de abril se conmemora el Día Internacional del Deporte por el Desarrollo y la Paz, decretado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas desde el año 2013, y que ratifica el trascendental papel de este tema en la edificación del desarrollo social y de la cohesión de los seres humanos a lo largo y ancho del planeta.

Daniel Aceves Villagrán danielacevesv@yahoo.com.mx

Doctor en Alta Dirección. Maestro en Comunicación Organizacional. Licenciado en Derecho. Medallista Olímpico de plata en lucha greco- romana en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 y del Premio Nacional de Deportes en dos ocasiones. Después de su retiro ha ostentado diversos cargos públicos. Actualmente es presidente de la Asociación de Medallistas Olímpicos de México.

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