Por Carlos Mercado
Recuerdo que cuando era pequeño algunos familiares tomaron un tramo de tubo galvanizado y algunas latas metálicas de distintas capacidades, de las cuales, con ayuda de cemento, arena y agua construyeron algunas mancuernas y una barra para hacer ejercicios de fuerza. Ese fue el primer contacto que tuve con “implementos de entrenamiento” hechos en casa, que eran, por cierto, bastante rústicos.
Con algunos tecleos y un clic, podemos encontrar en las redes sociales, infinidad de personas realizando y promoviendo una enorme variedad de ejercicios con diferentes objetos. Entre los implementos que se utilizan, aunque no fueron creados precisamente para el entrenamiento o ejercicio físico, podemos encontrar desde una silla y otros muebles, botellas o recipientes de diferentes capacidades llenos con diferentes líquidos, ruedas de maquinaria pesada, tubos, pesas caseras, bloques de concreto, rocas, cámaras neumáticas siendo utilizadas como bandas elásticas, trineos, bultos, maletas o mochilas, cajones de diferentes materiales y medidas, troncos, costales para boxeo caseros, cuerdas de diferentes grosores y longitudes, trapos para deslizarse sobre el piso, rollos de papel higiénico utilizados en lugar de bollas o conos, escaleras de agilidad marcadas con masking tape, mazos y hasta algunas mamás utilizando a sus bebés como implemento para el entrenamiento resistido.
La literatura refiere que es muy complicado periodizar de manera objetiva y adecuada el entrenamiento con todos los implementos antes mencionados y existen pocos estudios de investigación que pretendan demostrar la efectividad de estas maneras de entrenar. Otro de los factores que con frecuencia no son considerados por los sujetos, es la poca seguridad que los objetos pueden brindar, porque claro está que no fueron diseñados para cargarse, empujarse, lanzarse, pisarse o saltar sobre ellos.
Existen diferentes técnicas para la utilización de objetos como medios de entrenamiento. Sin embargo, consideremos como ejemplo el volteo de una rueda de maquinaria pesada, esta maniobra puede ser peligrosa si no se realiza de manera correcta, una de las técnica para el volteo de una rueda comienza colocando los pies al ancho de la cadera, flexionando las rodillas y la cadera a una distancia que permita mantener la espalda plana al momento de inclinarse al frente. El mentón debe estar apoyado en la parte superior y los hombros deben presionar contra el neumático, las manos se colocan debajo del neumático en posición supina, la anchura del agarre dependerá del tamaño de la rueda. Para comenzar a empujar se extienden las caderas, rodillas y tobillos, desplazando el neumático al frente de manera explosiva moviéndose hacia el con pequeños pasos hasta formar un ángulo recto con la rueda apoyada a nivel de la cadera y con el cuerpo a 45 grados respecto del suelo. Posteriromente se debe flexionar completamente la cadera y la rodilla golpeando el neumático y modificando el agarre de supinación a pronación. Por último se debe caminar hacia la rueda y extender los brazos para empujarla y dirigir el volteo.
Sin duda que la popularidad de este tipo de ejercicios ha crecido en demasía e inclusive algunos porfesionales del entrenamiento deportivo los han adoptado como un medio de variación durante la preparación físicia, pero no se debe perder de vista que el objetivo ejercitarse es mejorar la condición y las capacidades físicas, por lo que debe hacerse de manera segura, evitando dañar o lesionar al deportista o al propio cuerpo según sea el caso.
Trabajos citados
Sellers, J. (2015). Coaching and Implementing the Tire Flip Exercise Into a Strength and Conditioning Program. Strength & Conditioning Journal, 109-112.
Juan Carlos Mercado Arroyo
Maestrante en Ciencias del Deporte en la ENED sede León, Gto.
Entrenador de Taekwondo en Guerreros Aztecas Tkd A.C.
Miembro activo de la Asociación Guanajuatense de Taekwondo A.C. y la Federación Mexicana de Taekwondo A.C.
Asesor deportivo y preparador físico independiente.
Docente en nivel superior.