Los caminos de la vida
Y si, los caminos de la vida no son como yo pensaba, como los imaginaba, no son como yo creía… Cierto en toda la extensión de la palabra, vivimos en un mundo tan diseñado a nuestra propia realidad que perdemos de vista todo el espectro de lo que hay en nuestra sociedad y en lo que nos atañe en esta columna claro, el deporte.
Por circunstancias de vida me invitaron a dar una plática en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte (RPVN), si queridos lectores, leyeron bien, una conferencia en una penitenciaria justo en la que se fugaron miembros cercanos al Chapo Guzmán hace algunos días.
El tema fue complejo de cuadrar: deporte, fisicoculturismo, valores, motivación, libertad y cualquier cosa que les pueda servir de algo con tintes positivos en su vida. Tenía que tocar todos estos temas en uno mismo.
La fecha fue el pasado lunes 9 de marzo en el mencionado lugar. Me dispuse a llegar una hora antes de lo acordado por cualquier eventualidad, debo mencionar que me prepare intensamente para este compromiso en todo sentido, pero tenía que ser honesto conmigo mismo, era mi primera vez con un auditorio de estas características y había muchas cosas de las cuales no sabía que esperar.
La entrada un tanto despejada y el primer punto de identificación fue un doble modulo donde nos identificamos yo y mi equipo de trabajo. Se nos dijo que ya estaba listo nuestro memorándum de entrada y que solo restaba registrarnos. A continuación pasamos un revisión física muy sencilla para continuar a un siguiente modulo donde nos cambiaron nuestras identificaciones por gafetes y un recibo con nuestros datos. Luego nos sellaron con tinta invisible la mano para saber que no saliera nadie en nuestro lugar . Continuamos por largos y claroscuros pasillos donde cada vez nos internamos más en el alma del lugar. Subir escaleras, bajar, cruzar un patio sin persona alguna y luego finalmente llagamos a un módulo con muchas oficinas alrededor y donde nos recibió el Director amablemente. Pasando este lugar nos internamos ahora si en uno de los primeros patios de los internos, nos custodiaban un par de oficiales y las autoridades correspondientes hasta llegar a una puerta para cruzar al siguiente patio que es donde se encontraba el auditorio. En el camino pude observar a muchas personas realizando actividades como jardinería, limpieza, y hasta albañilería, todos ellos mismos internos, además de canchas de basquetbol, futbol, futbol 7 y barras.
Al llegar a nuestro destino encuentro un auditorio para 300 personas promedio y un audio y una iluminación digna de las mejores universidades del país.
Nos presentaron con los encargados de las actividades socioculturales y tomamos una charla amena en la que nos explicaron las más de 70 actividades entre deporte y cultura que tienen los internos para elegir y ocuparse en sus tiempos de recreación.
Una vez llegada la hora de mi compromiso y con los nervios un poco más ocupados de lo que pasaba a mí alrededor que de mi ponencia. Se dieron cita 3 grupos claramente divididos, primero los de nuevo ingreso, luego los que realmente asistieron porque les interesaba el tema y finalmente un grupo de alto riesgo y bastante hostil.
Comencé a desarrollar mi tema siempre tratando de mantener interesados a todos los asistentes, pero debo ser honesto, el grupo 3 que se presentó es el público más difícil que he enfrentado como ponente en mi experiencia profesional.
El tema era claro para mí, y quería que lo fuera para ellos: pautas básicas de entrenamiento y nutrición sobre el fisicoculturismo y luego todos los valores que nos exige este y todos los demás deportes. Valores como orden, respeto, disciplina, constancia y la manera en la que el deporte te puede brindar las herramientas necesarias para ser exitoso no solo en tu rama deportiva sino en lo que se desee y además salir de los más graves problemas, claro por eso de que en el físico decimos que si no tienes tolerancia a la frustración no sirves para el deporte.
Después de pasados 45 minutos acabo la conferencia entre algunos dormidos, otros con juegos y rechiflas y otros muy atentos, los grupos uno y tres fueron retirados del lugar y se dio paso a una sesión de preguntas y respuestas solo para el grupo dos. Allí fui abordado por una serie de dudas que es común escuchar para mí en mí día a día, por lo que el ambiente tomo para mí una sensación de mucho más relajación.
Físicos bien trabajados, internos con toda la convicción o incluso más que muchos de mis pacientes sobre el trabajo diario que requiere ser un fisicoculturista. Charlamos sobre lo mucho o poco que ellos pueden hacer allí dentro y la conclusión fue maximizar recursos, organizar y planear una competencia o una carrera deportiva.
Finalmente se dio paso una sesión de poses, ya que ellos participan en un evento que se hace en coordinación con los demás reclusorios llamado Sr México Inter reclusorio.
Comentarios de todo tipo fluyeron al terminar el evento donde ellos mismos se sintieron con más confianza y se soltaron a preguntar de todo, unos sobre suplementos, otros sobre alimentación y algunos más hasta la historia del porque están allí .Siendo esta la parte con más retroalimentación para mí.
La gran experiencia que me dejo es que el deporte puedo surgir hasta en los lugares menos pensados, menos creíbles y menos apoyado, es como esa plantita que puede crecer en medio del desierto en contra de todo y todos. No demos por sentado que el deporte de alto rendimiento solo es para un sector pues estoy muy seguro que en una penitenciaria podemos encontrar el carbón y después diamante que necesita el deporte mexicano. Me encanto saber que el deporte crece y crece solo, que es real y que tiene esencia, ese no sé qué, el cual nos apasiona a quienes vivimos con él, que forma y que por sí mismo es la inspiración y el camino para transformar una vida.
Al salir del reclusorio y estar camino de vuelta a mi hogar no pude evitar recordar uno de mis libros favoritos de adolescente y aquel pasaje cuando don Quijote se vio en la campaña, libre y desembarazado de los requiebros de Altisidora, le pareció que estaba en su centro y que los espíritus se le renovaban para proseguir de nuevo el asunto de sus caballerías, entonces a Sancho le dijo:
“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres…”
Neftali Gómez Jiménez
Maestro en Nutrición Deportiva por la Escuela de Escuela de Estudios Universitarios Real Madrid-Universidad Europea de Madrid y UVM. Licenciado en Administración del deporte y recreación por la Universidad del Valle de México. Certificado nivel 1 por la International Society of theAdvancement of Kinanthropometry. Director del área de entrenamiento del Centro de Entrenamiento y Nutrición CEND. Revisor de Tesis en la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE. Emprendedor de proyectos relacionados al deporte: Delta G Sistema, Power Gym, Fitness Portátil y Algo más que nutrición. Mr. México Juvenil absoluto 2008, entrenador y formador de nuevos atletas en el fisicoculturismo. Ponente en diferentes diplomados, cursos y congresos con temas relacionados al deporte.
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