La Educación física, el deporte y la sana distancia.

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Hace poco participando en un conversatorio organizado por la Escuela Normal de Licenciados en Educación Física, de Tuxtla, Chiapas  con expertos extranjeros y nacionales en la Educación Física Cooperativa  nos mostrábamos de acuerdo en que la búsqueda de soluciones a la contingencia de salud que lleva ya 64 días de “sana Separación” y todas las proyecciones hechas para el retorno gradual parecen lejanas, era una realidad inesperada que ponía en tela de juicio muchos de nuestros paradigmas.

Uno de los conceptos más importantes y más significativos, coincidíamos en el panel, es creer que la escuela está cumpliendo su labor en estos momentos de crisis mundial, asignando tareas a los alumnos a través de diversas estrategias que involucran a las Tecnologías de la Información y la comunicación como una forma de sustituir la acción del docente en un contexto de aprendizaje a distancia.

Nada más alejado de la verdad, pues, aunque podamos creer que la escuela consiste fundamentalmente en un conjunto de instrucciones dirigidas por alguien con mayor conocimiento dirigidas a esos que deben aprender, la realidad es muy distinta: Carlos Velazquez, el experto más importante a nivel mundial sobre pedagogía de la cooperación refería que hay una broma que corre por internet donde una niña pequeña refiere que  “ahora con la pandemia nos han quitado lo mejor de la escuela y solo han dejado lo peor: las tareas” y aunque parezca broma es verdad, la escuela es mucho más que un proceso de transmisión de conocimientos, los niños y jóvenes aprenden en la escuela gracias a muchas interacciones con el profesor, por supuesto, pero también entre sí y gracias a ellas el profesor aprende también, la escuela no puede entenderse si no se comprende esto, este lugar de procesos humanos y humanizantes, son interacciones significativas, en fin a eso que llamamos escuela implica más allá que una serie de estrategias de aprendizaje pensadas, planeadas y aplicadas para aprender contenidos específicos y conceptos, la escuela es un lugar donde generamos relaciones, afectos, experiencias, donde se aprende a vivir.

La actividad física, el deporte y la educación física son también eso, una parte muy importante de lo enriquecedor del proceso educativo, el cual se magnifica en nuestras clases donde el conocimiento, cuidado, desarrollo y dominio del cuerpo ocurren, ya sea con fines educativos, de desarrollo, de rendimiento, de recreación o de cuidado de la salud.

Es por ello que si bien es cierto que ante la situación que hoy vivimos el uso de rutinas de trabajo enviadas a los alumnos, sean estos estudiantes de un programa educativo o atletas que deben mantener su estado físico en espera de la competencia, son al parecer, la respuesta más común, no es esta la solución a largo plazo ante un mundo normalizado en respuesta al virus, lo que debemos ir encontrando son soluciones  que permitan de nuevo esas interacciones que enriquecen más allá de los meros contenidos curriculares, que fortalecen mediante el accionar los procesos interpersonales, las vivencias , la confianza, autoconocimiento y otros muchos valores que se busca desarrollar de manera intencionada para lograr el desarrollo integral de las personas.

La sesión de entrenamiento, de actividad  física y de educación física, van más  allá de una gama más o menos compleja de ejercicios, implica el acercamiento a lo humano que todos poseemos, nos da ese contacto con lo esencial de la gente y expone en las situaciones de acción motriz lo que en verdad somos, y en lo que nos estamos convirtiendo, este  es uno de los elementos más interesantes y atractivos de la educación por el movimiento: permite vislumbrar transformaciones y apropiación de esos poderes humanos, esos cambios de los que  podemos dar  cuenta, ya sea en el aprendizaje de una forma de lanzamiento o una rodada de gimnasia, hasta la ejecución del gesto motor en un grado de perfección. 

Cuando esto ocurre en el ambiente de la clase, de la sesión de entrenamiento o durante un juego libre donde las personas realizan actividad física recreativa, se está en condiciones de pasar de un estado anterior, un estado viejo, a un estado nuevo, refrescante y aleccionador, un estado de conciencia de lo que soy y de cómo se agregan nuevos aprendizajes a la estructura del ser biopsicosocial.

Esto es lo que la cuarentena- o sesentena- nos ha quitado : un proceso donde ponemos en común lo que somos para alcanzar nuestras metas y objetivos ayudados de los otros, es lo que la gente extraña en estos momentos de epidemia, es lo que desea y añora, volver a su actividad, sea cual sea la razón por la que se realiza, por lo cual pensar en términos de buscar rutinas, poner a la gente a cierta distancia para minimizar el contacto, trabajar de manera individual o a distancia, son solo paliativos a esta necesidad  que caracteriza a los humanos como tales; la tarea será volver a poner a las personas en situaciones de vida que les permitan reencontrarse y volver a recrearse, esto llevara tiempo y seguramente estará , en la lista de prioridades, después del riesgo de contagio, pero seguirá siendo una necesidad a subsanar, volver a la normalidad, representa devolver a la escuela su lugar y a nuestra actividad, su sentido y relevancia.

Martín Velázquez Ugalde

Maestro en Docencia de la Educación Física.

Maestrante en Filosofía

Licenciado en Educación Física.

Diplomado en Entrenamiento Deportivo Esp. en Baloncesto

Coordinador de la Lic. de EF y CD de la UAQ, a la fecha.

Profesor de Cultura Física
Universidad Autónoma de Querétaro, Escuela de Bachilleres
de 1999 a la fecha.

Coordinador de Educación Física en el Departamento de
Educación Indígena de USEBEQ de Febrero de 1996 a la fecha.

Coordinación de todas las actividades relativas a la
Educación Física en el Estado de Querétaro para el
subsistema de Educación Indígena.

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