
Por José Ortega MEX
Otro error habitual que cometemos en cualquier nivel de actuación es no potenciar la confianza de todos nuestros deportistas. La confianza en ocasiones es frágil, sobre todo si las expectativas son altas y algunas cosas no han salido del todo bien. Debemos pues, ayudar a nuestros deportistas a rendir al máximo colaborando con ellos para que se centren en las buenas razones para creer en sí mismos y en sus posibilidades. Y débenos ser los primeros en creer y en tener más fe, porque nuestros deportistas a menudo tienden a depender de lo que nosotros creemos. Podemos apresurarnos a decir a nuestros deportistas lo que ha salido mal, aunque talvez no ofrezcamos ningún consejo sobre en qué concentrase o como hacer las cosas bien. Señalar las cosas que es posible mejorar en nuestros deportistas es sumamente valioso, e igualmente importante es señalar las cosas que ellos hicieron bien, reconociendo el progreso y las contribuciones positivas que han realizado. Igualmente, nuestros deportistas talvez no expresen el aprecio por las cosas buenas que hacemos como entrenadores. Pero, tanto nuestros deportistas como nosotros nos beneficiaremos de la retroalimentación positiva, el respaldo y el estímulo. Sin estos aspectos positivos, el camino podría resultar largo y solitario. A nuestros deportistas les gusta que les reconozcamos las buenas cosas que hacen, y la mayoría están abiertos a sugerencias específicas sobre cómo ser mejores. Comencemos por destacar las cosas buenas y luego apuntemos a un área específica en la que mejorar.
La retroalimentación positiva sin duda motiva a nuestros deportistas, los hace sentir bien con sigo mismos y sus esfuerzos hará mejorar su confianza. Pero cuando les recordamos las buenas cosas que han hecho y muestran su fe en nosotros, su confianza aumenta. Enfocarnos solo en aspectos negativos suele minar la fe de nuestros deportistas, mientras tanto centrarnos en aspectos positivos se consigue justo lo contrario. Incluso los mejores deportistas, que por lo general tienen fe en sus capacidades, sacan provecho de la retroalimentación positiva, del apoyo y de saber que alguien como nosotros a quien respetan porque creemos en ellos.
Una de las principales críticas que recibimos los entrenadores y que deportistas experimentados han confiado es que algunos de nosotros no los escuchamos ni actuamos atendiendo sus sugerencias. Para ser un gran entrenador a menudo debemos hacer caso a nuestros deportistas cuando éstos nos desean comunicar algo. Quienes nos resistimos a menudo no aprovechamos los recursos de nuestros deportistas. Incluso si no ofrecemos resistencia podemos aprovechar las buenas cosas que ellos desean y tienen que ofrecer. Y podemos seguir trabajando en mejorar sus destrezas de comunicación.
Cambiar entrenamientos para recuperar la alegría y la fe en nuestra búsqueda de mejorar la calidad de las actuaciones de nuestros deportistas, siempre será un buen camino para lograr la excelencia.
José Ortega Ramírez

Maestro en Ciencias del Deporte, exfutbolista profesional y ultramaratonista con más de 20 años de trayectoria en el ámbito deportivo. Ha dirigido equipos en las tres divisiones profesionales del fútbol mexicano y colaborado con clubes como Santos Laguna, Real Sociedad de Zacatecas y Águilas Reales. Es coach deportivo internacional, especialista en programación neurolingüística, autor de tres libros y artículos científicos, y conferencista hispano. Ha sido instructor certificado por el Real Madrid y Liverpool FC, además de liderar procesos de capacitación en instituciones como FEMEXFUT 7, CARFUT e INCUFIDEZ.
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