¿México puede ser potencia deportiva?

Fernando Vargas

La importancia del desarrollo de la Alta Competencia Deportiva desde los Municipios en México

Por Geoffrey Recoder

Definitivamente México, sí se puede convertir en potencia deportiva.

Requerimos que en México el deporte sea tomado como prioridad nacional.

México cuenta con lo necesario para poder ser potencia deportiva. Desde aspectos de infraestructura, recursos humanos, materiales y financieros, entre otros. Uno de los grandes problemas es que, no contamos con la capacidad de ponernos de acuerdo y no nos organizamos conforme a los cánones internacionales que tenemos como ejemplos.

Diversos especialistas y autores nos hacen referencia a la Pirámide de Desarrollo del Deporte (dependiendo el autor o el especialista cambia el nombre de la pirámide), la cual, de forma general tiene los siguientes niveles:

  1. En la base de la pirámide, los fundamentos, proceso de enseñanza-aprendizaje de elementos técnicos, masividad. Primera parte de la niñez.
  2. En el segundo nivel, la iniciación deportiva, masividad, posibilidad de practicar varios deportes y actividades físico atléticas. Segunda parte de la niñez.
  3. En el tercer nivel, la especialización, entrada a la alta competencia deportiva, definición de continuidad en el entrenamiento deportivo donde concurra mayor posibilidad de éxito en la competencia. Adolescencia.
  4. En el cuarto nivel, la alta competencia, entrenamiento especifico en el deporte de alta posibilidad de éxito en la competencia, con una visión hacia los mejores resultados en el deporte. Adolescencia y edad adulta.
  5. En el quinto nivel el alto rendimiento, entrenamiento especializado donde el deportista se encuentra en la máxima expresión del rendimiento a nivel internacional. Edad adulta.

Esta estructura posee sus variaciones dependiendo el deporte en el que nos encontremos o busquemos desarrollar, pero en lo general tenemos estos 5 niveles de patrones en el progreso deportivo desde la base hasta el alto rendimiento.

En la actualidad esta propuesta está puesta entredicho, ya que existen muestras, resultados, datos e investigaciones, que, para el alto rendimiento, es mejor la detección especifica y entrenamiento especializado, partiendo de un análisis del posible deportista en sentido de su somatotipo, antropometría, condiciones económicas, sociales, entre otros; para poder enfocar los esfuerzos en niños y adolescentes que cumplan con las características necesarias para que puedan tener resultados en la máxima expresión deportiva internacional en las principales justas deportivas, como unos Juegos Olímpicos o unos Juegos Paralímpicos.

Independientemente si compartimos o no compartimos alguno de estos dos paradigmas, en México en sus más de 2400 municipios debemos generar mejores condiciones para que podamos implementar estrategias  que  incentiven de una manera profesional y responsable, el deporte hacia la alta competencia, desde el deporte administrado por el gobierno y la iniciativa privada.

Comparto mis razones.

Para el desarrollo hacia la alta competencia requerimos estar involucrados en el entrenamiento deportivo específico y no especifico, desde la propuesta de desarrollo motriz y fases sensibles, en las edades entre los 6 y 17 años (para algunos autores estas pueden variar un poco en edad más temprana de los 6 años, o más tardía después de los 17 años de edad).

Para poseer condiciones que un deportista o un grupo de deportistas tengan posibilidades de encontrarse en mediana forma competitiva, se requiere necesariamente cumplir con diversos patrones para que pueda rendir en la competencia:

  • Entrenar mínimo de 5 a 6 veces a la semana.

  • Que este entrenamiento mínimo sea de 2 horas por sesión.

Para la formación de un deportista de alto rendimiento existen datos y autores que nos permiten comprender que se requiere, desde una visión teórica, que el deportista entrene 10,000 horas (diez mil horas) en las edades antes mencionadas.

Otros hacen mención sobre la conocida regla teórica para llegar al alto rendimiento: “2 x 7 x 30 x 12 x 10”, que se interpreta como “entrenar 2 veces a día, por 7 días a la semana, por 30 días al mes, por 12 meses al año, por 10 años”.  Sin importar cual de las dos formas esté dando el resultado, esta inversión en tiempo, dinero y esfuerzo genera en la persona deportista cambios positivos en distintos ámbitos, como lo son:

  • Ser una persona altamente disciplinada.

  • Tener mejores posibilidades físicas y psicológicas para adaptarse a cambios bruscos de condiciones externas no controlables de su entorno.

  • Mayor capacidad de resiliencia.

  • Mayor tolerancia al dolor y a la frustración.

  • Disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

  • Disminuye el riesgo de padecer diabetes.

  • Mejora la digestión y el ritmo intestinal.

  • Liberación de dopamina, serotonina y noradrenalina.

  • Forja menor degeneración neuronal.

  • Mejora el rendimiento escolar (del 15% al 30%).

  • Mejora la función cognitiva y sensorial del cerebro.

  • Favorecimiento de la socialización.

  • Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.

  • Mejora la imagen personal y permite compartir actividades con la familia y amigos.

  • Incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control del peso.

  • Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño.

  • Coadyuva en incrementar las capacidades físicas condicionales (velocidad, fuerza, resistencia, flexo elasticidad).

  • Coadyuva en mantener e incrementar las capacidades físicas coordinativas (de orientación, de combinación, de adaptación, de reacción, de equilibrio, rítmicas, de percepción espacio temporal).

  • Aumenta los niveles de concentración en una o varias tareas.

  • Coadyuva en la toma de decisiones en estados de alto estrés.

  • Ayuda a mantener la estructura de articulaciones disminuyendo los problemas de artrosis.

  • Ayuda en mantener la estructura y función del sistema músculo esquelético.

  • Ayuda en incrementar el sistema inmunológico.

  • Ayuda en el desarrollo normal de los huesos durante la infancia para alcanzar los picos de masa ósea en la adolescencia, y en la edad adulta evita fracturas de cadera o vertebras.

  • Ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo del estrés, depresión y ansiedad mejorando el entusiasmo y el optimismo.

  • Ayuda en la reducción de necesidades de gasto sanitario (atención médica).

  • Coadyuva en los procesos de aprender en tener una alimentación balanceada, construyendo mayores patrones de una vida saludable.

  • Por la cantidad de horas que implica el entrenamiento hacia la alta competencia se requiere que el deportista se encuentre en la necesidad de invertir mucho tiempo hora hombre en el espacio de entrenamiento (gimnasio, instalación deportiva, etcétera.), que lo lleva a una administración adecuada del tiempo libre, permitiendo que se encuentre ocupado de forma positiva.

  • Estar en el lugar de entrenamiento el mayor tiempo posible hacia la alta competencia, permite que el individuo pueda estar más alejado de patrones de conductas negativas, como lo es el involucrarse en la delincuencia organizada, el no consumir sustancias prohibidas y el no consumir sustancias nocivas para la salud (cocaína, fentanilo, mariguana, alcohol, cigarro, etcétera).

  • En los procesos de enseñanza – aprendizaje el entrenador debe de buscar que el deportista adquiera conocimientos y se comporte con patrones positivos éticos, morales y cívicos, como lo son: respeto a nuestras insignias patrias, respeto al Fair Play (respeto a las normas escritas y no escritas), respeto al uniforme deportivo, prudencia, habilidad práctica, saber anticiparse, conocimiento heredado de la experiencia, dar el mayor esfuerzo, virtud, bondad, bienquerencia, buena voluntad hacia la gente, respeto, justicia, tolerancia, responsabilidad, gratitud, humildad, solidaridad, paciencia, honestidad, honradez, colaboración, igualdad, ánimo lúdico, competitividad, compasión, equidad, justicia, deportividad, integridad, entre otros de carácter positivo.

  • Y un largo etcétera…

El realizar deporte de 3 a 2 veces por semana o menos, y en cada sesión 50 minutos, no genera cambios fisiológicos, psico emotivos y sociales de manera significativa para tener mejores personas en forma física, mejores ciudadanos, mejores mexicanos.

Hoy la clase de educación física no es suficiente en nuestro sistema educativo en educación básica, y desafortunadamente es muy baja la práctica deportiva en el nivel medio superior y superior.

Por los puntos anteriormente expuestos, y seguro que me faltan escribir muchos más, es que debemos fomentar, implementar, desarrollar y ejecutar para nuestra población infantil y juvenil programas, proyectos y recursos para canalizar a la práctica sistemática el deporte hacia la alta competencia.

Se requieren mejores perfiles que se encarguen del entrenamiento de los deportistas, que este recurso humano cuente con una licenciatura a fin con contenidos y experiencias especializados en entrenamiento deportivo; es necesario que el recurso humano que realice funciones de entrenador deportivo se encuentre debidamente certificado por los colegios de profesionistas autorizados por la Secretaria de Educación Pública para tal efecto.

Se requieren mejores y más instalaciones deportivas.

Se requiere material deportivo de primer nivel.

Y me hace falta plasmar una lista larga de lo que se requiere…  

Entre más niños y jóvenes practiquen deporte desde una visión hacia la alta competencia, entre más tiempo se encuentren realizando ejercicio físico planificado, seguramente en un gran número de ellos estaríamos logrando los beneficios planteados.

¡México puede ser potencia deportiva!

EL DEPORTE NO DESCANSA

Alfonso Geoffrey Recoder Renteral

Vicepresidente de la Academia Latinoamericana de Educación Física FIEPS. Coordinador de la Oficina Jurídica de la FIEPS. Presidente del Panathlon Club Ciudad de México. Doctor en Ciencias de la Educación. Maestro en Gestión de Entidades Deportivas. Maestro en Administración. Maestro en Ciencias de la Educación con especialización en Gestión de Estudios Superiores. Licenciado en Educación Física. Licenciado en Derecho.  Cursó el Seminario Sports Visitor Program: Enhancing the Paralympic Movement, United States Olympic & Paralympic Committee, Colorado Springs, USA. Cursó el Seminario Técnico–Metodológico para Directivos del Deporte de Alto Rendimiento en la Universidad de la Cultura Física y Deporte “Manuel Fajardo”, Cuba. Cursó el Seminario en Gestión de Entidades Deportivas en la Escuela Universitaria del Real Madrid, España. Cursó el Diplomado en Alta Dirección en el Deporte, por la Confederación Deportiva Mexicana.

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