- La disciplina se debe exigir en función de la edad del deportista y de forma casi personalizada.
Para un niño que se inicia en el deporte, la exigencia en la disciplina deberá ser menor que para un deportista de alto rendimiento, pues las necesidades son diferentes y además según la edad será el trabajo por realizar.
Los deportistas son diferentes a nivel emocional, no es lo mismo exigirle a un niño que a un adulto, el entrenador debe de ser consciente de las características y límites de su deportista.
La disciplina debe ser de acuerdo con el deportista, la categoría, el objetivo, el deporte y debe mejorar puntos débiles en cada deportista, por lo cual debe ser casi personalizada.
De acuerdo con la maduración del deportista se consideran las habilidades y actividades de autonomía y responsabilidad para exigirle que cumpla con lo que la disciplina requiere.
Por ejemplo, un niño de 7 años que entrena ciclismo, como parte de su disciplina no se le puede exigir que se haga cargo del servicio de su bicicleta, como pudiera ser subirla al rack. Sin embargo, sí se le puede exigir llenar su bagpack de agua, tener listo su casco y guantes y preparar su uniforme para el entrenamiento, por ejemplo.
Otro ejemplo son los papás de Jorge y Luis, se preguntan por qué a su hijo Jorge, de 6 años, no le exigen el mismo nivel de entrenamiento que a su hijo Luis, de 13 años, tienen preocupación de que el más pequeño no logre desarrollar todas sus habilidades en el futbol, Luis entrena más tiempo, tiene más partidos, y es muy bueno. Entonces al comentárselo al entrenador, esté la explica que Jorge aún va iniciando y que sobrecargarle el entrenamiento sólo mermaría sus habilidades por cansancio y ansiedad, lo cual podría también provocar una aversión al deporte.
A un futbolista de primera división se le debe exigir llegar a tiempo a los entrenamientos, así como cumplir en forma las comidas que realice de manera externa, en cambio es distinta la disciplina que se le exige a un niño que se encuentra internado de fuerzas infantiles, quien se le levanta específicamente para sus entrenamientos y lleva una dieta específica, que tiene menos distractores en general.
Es importante recalcar que la disciplina no sólo es el cumplimiento de normas o que se porten bien, sino que la finalidad es crear el mayor número de habilidades, que ayuden al deportista a formarse como persona y como profesional en su deporte, es por eso que dependiendo de la edad las responsabilidades y tareas variaran de acuerdo a las habilidades que vayan desarrollando, ayudando a sí a los niños desde pequeños a que se conviertan en una persona autosuficiente e independiente y en el caso de los deportistas a ser profesionales.
Un niño que acaba de integrarse al grupo de entrenamiento donde ya existen normas respecto a la conducta que se debe guardar y este nuevo integrante se mantiene peleando todo el tiempo con sus compañeros de entrenamiento, que no cumple con las normas, lo cual le conlleva consecuencias como: llamadas de atención, que los otros niños lo rechacen o hasta el mismo rechazo de los adultos integrantes de la comunidad, lo cual lo lleva a sentirse enojado, triste o confundido, y que puede llegar a pensar que no lo quieren, que no es comprendido por los demás, etc.; si el entrenador logra cambiar la conducta del niño por otra como el compartir con los demás, cumplir con las normas, tendrá otro tipo de consecuencias como: que los demás niños lo acepten, que la mamá no lo esté regañando, y esto lo llevará a sentirse aceptado y tranquilo, obteniendo pensamientos más placenteros, y es que no se posee un control directo de lo que ocurre en la cabeza o en el corazón de los niños, pero lo que sí se puede es controlar lo que hacen: por ello todas las normas deben escogerse concretamente para conductas específicas que se desee obtener de los niños de acuerdo a su edad. Es decir el papel del entrenador debe evolucionar de acuerdo a los cambios experimentados por los deportistas a lo largo de los años.
La edad es un elemento importante que define muchas de las cualidades del deportista. Es inevitable tomar en cuenta a este factor en el proceso formador. Es necesario para la individualización tener presente los elementos que componen a un deportista en función de su edad para ser asertivo en su proceso de consolidación disciplinaria.
Es complicado solicitar a un niño que practica deporte que llegue temprano al entrenamiento, debido a que es algo que no depende de él. Sin embargo, si es posible solicitarle que insista a sus padres que lo lleven a tiempo a su sesión de entrenamiento.
El ser humano pasa por diversas etapas en la vida, por ello la forma de ver las cosas va cambiando, incluso día con día. En el deporte pasa exactamente lo mismo, hay que enseñar disciplina en el momento de la iniciación deportiva, en el nivel amateur y en el profesional, incluso al término de la carrera como deportista es indispensable, ya que todos los deportistas son diferentes, acatar ordenes distintas pueden funcionar para uno, pero tal vez para el otro no, entonces deberá brindarse la disciplina de acuerdo a todos los aspectos que lo rodean y de manera personalizada.
Paulino Rafael Pérez Prado
Doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad Santander. Maestro en Filosofía Social por la Universidad La Salle Ciudad de México. Maestro en Administración Educativa por la Universidad La Salle Ciudad de México. Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Cursó los diplomados de Elaboración de Programas de Capacitación para Entrenadores, en Ottawa, Canadá; así como de Diseño Curricular para Estudios de Posgrado en la Universidad de Extremadura, España; entre otros.
