Por Fernanda Raygoza
En lo que se refiere a un puesto gerencial de cualquier entidad deportiva la ética profesional nos va ayudar a determinar el camino que tomaremos con nuestro personal.
Cómo bien es cierto cada institución o entidad deportiva tiene una normatividad y forma de trabajo diferentes, sin embargo todos deben tener objetivos muy específicos para hacer cumplir cada una de las normas así como también los principios y valores que conforman dicha institución, en cuestión esto debería de favorecer el ambiente laboral pero no muchas veces es así, puesto que desde los altos mandos no siguen los lineamientos como los principios éticos de la organización.
El problema principal que existe para hacer cumplir un decágono institucional es el incumplimiento del mismo por parte de sus responsables mismos que;
1° Ya lo conocen pero su perfil ético no comparte los mismo valores de la empresa.
2° No los conoce y no los tiene claros a profundidad.
La ética profesional variará dependiendo el tipo de objetivos y principios con los que la organización pretenda hacer cumplir, pues como lo mencioné anteriormente el perfil de un empleado con alto mando que no comparta sus valores, estará siendo piedra de tropiezo para la organización. Este punto ha sido fundamental para el crecimiento o estancamiento de cualquier organización, pues existe el caso de tener que tomar decisiones importantes en las que la peor estrategia ha sido elegir la teoría de la ética emotivista misma en la que ocurren 2 situaciones;
No se ve beneficiada la empresa;
Esta teoría de ética emotivista se le conoce por no ser racional en la mayoría de los casos, como lo es el tomar decisiones dejándose llevar por las emociones. En un ejemplo, sería decidir quién sería el futuro gerente general de la organización, sí el director que eligirá al responsable de dicho cargo se lleva mucho mejor con uno que con otro y sus decisiones las toma en base a sus emociones indudablemente elegirá al que le tiene más confianza (sin darle importancia a la valoración del desempeño laboral que ambos han tenido en la empresa) decisión que en el lamentable de los casos la empresa termine perdiendo grandes sumas de dinero.
No se ve beneficiado el colaborador;
Con el ejemplo anterior en este caso el colaborador que no tiene una relación más íntima con el director terminaría siendo rechazado para ocupar el puesto gerencial aún siendo éste más competente y capaz para el cargo.
El tener claros nuestros principios y valores así como también el tener que reforzarlos con nuestros colaboradores no sólo ayudará a que estemos en la misma sintonía ética empresarial o profesional, sino que se le aportará valor y sentido a la filosofía de la empresa que en consecuencia nos ayudará a lograr el alcance de los objetivos institucionales. Poniendo el ejemplo como superiores o jefes está en nuestro deber preocuparnos por la forma en la que actuamos y tomamos decisiones, tanto para ser respetados como para dar ganas al “deber hacer”.
Fernanda Raygoza
Graduada de la Licenciatura en Ciencias del Deporte de la Universidad YMCA. Profesional, especialista, ex atleta y gestora del deporte. Amante del deporte y todo lo que el arte de éste nos puede brindar. Constantemente preocupada y animada por crear diferentes programas de entrenamiento que ayuden a mejorar la calidad de las personas mediante nuevos hábitos saludables y motivación diaria para dejar la mejor cosecha que puedes sembrar en alguien. “El gusto por el deporte”.