¿Por qué tenemos tan malos maestros atendiendo a millones de estudiantes de nivel licenciatura en nuestro país?

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Por Brenda Chavez

Durante los últimos 9 meses hemos escuchado y leído todo tipo de información en torno al Covid-19, en redes sociales, televisión, radio y cualquier tipo de impreso físico o digital; las noticias han circulado en diferentes sentidos, al principio todo era “empatía”, “reconocimiento”, “sensibilidad”, “fortaleza”, “agradecimientos al personal médico”, hasta se escuchaban canciones compuestas por figuras del medio artístico que daban esperanza a nuestro país, pero, como todo proceso, con el paso del tiempo las actitudes humanas se van transformado y aquello que tenía toda nuestra atención poco a poco se ha ido perdiendo y quizá se ha llegado a una costumbre a la que muchas personas han respondido con total indiferencia.

Quiero enfocarme en la tan controversial “educación en línea” o “clases virtuales”, es cierto que el proceso no fue nada sencillo para los estudiantes de ningún nivel educativo y mucho menos para aquellos que no tienen acceso a la tecnología, ya sea por falta de equipos de cómputo, Tablet, laptop o dispositivos móviles, o bien por falta de cobertura o acceso a internet, en cualquier caso, la situación para los estudiantes ha sido un gran reto y un fuerte problema que han tenido que resolver desde casa y en colaboración con sus familias.

Pero no son la única parte que ha tenido que enfrentar los efectos del Covid-19 en el sistema educativo, los “maestros” son otra parte involucrada en el proceso enseñanza-aprendizaje, y por lo tanto, la responsabilidad que tienen como facilitadores o guía de los alumnos ha sido un proceso no solo complicado, sino muy delicado y desgastante, porque además de enfrentarse a las mismas necesidades o problemas de los alumnos (falta de acceso a internet o falta de equipos), también han tenido que superar dificultades por no saber hacer uso de la tecnología, la mayoría de los maestros han tenido que capacitarse para contar con diferentes recursos y aplicaciones para dar sus clases, adaptar los programas, modificar su planeación, etc.; todos sabemos que es “su obligación”, algunos piensan que es “lo mínimo que deben hacer” o que “para eso se les paga”, sin embargo, considero que hay un punto que todos vemos pero que muy pocos hablamos de ello y es ¿Por qué tenemos tan malos maestros atendiendo a millones de estudiantes de nivel licenciatura en nuestro país?

Sí, la culpa es de los malos maestros que hay en México, basta con ver todos los memes que se comparten en redes sociales, que no son más que la realidad desde el punto de vista totalmente “objetivo” de los alumnos, ¿acaso no han sido claros los videos que los alumnos suben para evidenciar, ridiculizar, denunciar y desprestigiar a los malos maestros? Todos los estudiantes tienen razón en pronunciarse contra la educación en línea, también quejarse de la “poca empatía de algunos docentes”, es cierto que no están aprendiendo nada, y que los maestros no sirven para enseñar. 

Aunque muchos puedan sentirse ofendidos con este comentario les daré una explicación…

Es absurdo que en los últimos 9 meses los maestros estén invirtiendo tiempo en capacitarse para dar clases en línea, que trabajen más horas de la jornada normal y se quejen, cuando ciertamente es su “obligación”, no es posible que se la pasen atendiendo llamadas, mensajes o correos electrónicos a cualquier hora del día o que califiquen tareas y exámenes por la noche, esto es un acto de “flojera y falta de organización docente”, tampoco es posible que no tengan la capacidad de comprender las necesidades de los estudiantes quienes, en ocasiones, no se pueden conectar, no pudieron subir sus tareas porque “se les fue el internet”, no tienen forma de presentar los exámenes porque no cuentan con los medios para hacerlo, no les da tiempo de concluir sus tareas porque en casa tienen muchas otras responsabilidades y eso sin contar las interrupciones de sus hermanos o familiares, los maestros no comprenden que en sus familias hay problemas económicos, familiares contagiados de Covid-19, que falta de empatía, ¡qué falta de humanidad, ética y valores han tenido los maestros!

En cambio, muchos de los estudiantes de nivel superior han desarrollado diversas habilidades para concluir satisfactoriamente sus objetivos académicos, pese a los malos maestros que tienen:

  • Se preparan para los exámenes con anticipación y las conversaciones que tienen por WhatsApp en pleno examen, son para confirmar su aprendizaje y no para copiar o pasarse las respuestas.
  • Han aprendido a entregar todas las tareas en tiempo y forma por lo que su estilo no es estar solicitando prórrogas. 
  • Acuden regularmente a sus clases sin que la conexión a internet “se les vaya” o que la plataforma los “saque de clase”, tienen perfectamente controladas las plataformas.
  • Son puntuales y están en proceso de negociación con internet para que “no les falle”, sobre todo en las clases que inician a las 7:00 AM.
  • Han desarrollado la habilidad de consultar fuentes documentales, analizar y construir textos de su propia autoría, por lo que han acordado con “el plagio” no cruzarse en su camino para la entrega de tareas.
  • Toman la mayoría de los cursos adicionales a los que se les convoca porque les interesa su aprendizaje, por lo que utilizan el Facebook en hora de clase para buscar alguna noticia para su próxima capacitación.
  • Han descubierto que el cambio de posición facilita el aprendizaje, razón por la que una posición en decúbito dorsal, ventral o posición fetal sobre una superficie plana y de preferencia acojinada proporciona mejores resultados.
  • Han adquirido buenos hábitos de alimentación, por lo que para fijar el aprendizaje toman refrigerios en la clase y no en los descansos porque no tendrían el mismo efecto.
  • Respetan tanto a los malos maestros que prefieren no causar interrupciones ni ser distractores, razón por la que permanecen con cámara apagada.
  • Han aprendido de valores, por lo que cuando se les pregunta si hay dudas o si todo quedo claro, permanecen callados para no contradecir a los maestros.
  • Han explorado diferentes aplicaciones y recursos tecnológicos para aprender más sobre fotografía y video, de este modo en las clases no pierden oportunidad de ponerlo en práctica para recordarle a los maestros cualquier error que haya cometido en clase.
  • Entre otras habilidades…

El texto que antecede no es ironía, sarcasmo o burla, es la expresión misma de lo que muchos maestros estamos viviendo, en donde vale más hacerse a la idea de que todos los alumnos tienen actitudes positivas y que sus acciones están encaminadas al respeto, porque es muy duro reconocer que nos están aplastando, que somos objeto de burla, que nos mienten, que justifican sus acciones, sus faltas o sus incidencias con pretextos, que menosprecian nuestros conocimientos y nuestra experiencia, que somos el blanco perfecto para hacer de nuestra clase una broma, muchas de las veces que los alumnos nos piden “empatía” resulta ser, más bien, un “chance” y piensan que no nos damos cuenta cuando dicen la verdad o cuando su argumento no tiene validez.

Hoy en día es más fácil mirar a otro lado y asumir que los que fallamos somos los maestros, que tratar de explicar y argumentar que “estamos siendo maltratados por los alumnos”, ¿quién podría creernos?, solo aquellos que han pasado por esto entenderán que por más recursos innovadores que utilicemos, por más capacitación que tengamos, por más estrategias para evitar el aburrimiento, los alumnos sencillamente, en su mayoría (no significa que todos, aclaro) se han empoderado al punto de ser el personaje crítico por excelencia en la modalidad en línea, son los mejores y más experimentados auditores de nuestro desempeño.

Estoy convencida que la modalidad en línea también es eficiente, que es necesaria e insustituible la práctica también es cierto, la lista de pros y contras puede ser muy extensa, sin embargo, el mundo necesita seres humanos “resilientes” mientras pasa la emergencia.

Finalmente, me gustaría compartir que afortunadamente no todos los alumnos universitarios son así, ni todos los maestros son excelentes, pero de algo estoy segura, tengo grandes amigos y compañeros docentes que han mostrado un compromiso incalculable, los defino como seres humanos con exactamente las mismas necesidades y problemas de toda persona o familia de cualquier nacionalidad, no somos ajenos ni menos vulnerables a los efectos del Covid-19, tampoco estamos blindados o tenemos poderes superiores para que no nos toque una desgracia en nuestras familias, y eso es lo que le hace falta observar a los jóvenes estudiantes, toda buena relación es recíproca y en la construcción del conocimiento, la relación docente-dicente, alumno-profesor, enseñanza-aprendizaje, indistintamente van de la mano, así que hago una invitación a los jóvenes universitarios a reflexionar sobre sus actitudes, a valorar el tiempo que están invirtiendo en su educación, aprovechar los recursos que ofrecen los maestros y antes de pronunciarse en contra de la educación en línea se hagan las preguntas ¿a quién le sirven las clases?, ¿quién está en proceso de formación?, ¿estoy siendo objetivo y responsable?, ¿el maestro (a), realmente es malo? si logran interiorizar esto y responder con total sinceridad a sí mismos, entonces habrán logrado romper esta cadena de negación sobre el aprendizaje en línea ya que lejos de ser un recurso inútil, hoy en día pueden tener acceso gratuito a formación o capacitación, nacional o internacional, sobre temas específicos o ciencias de su interés, nunca antes había sido tan fácil el acceso al conocimiento, solo es cuestión de mirar la cantidad de puertas abiertas que tienen a su disposición y aprovecharlas, el conocimiento, trabajo y esfuerzo autónomo es un elemento personal que marca la diferencia entre las personas.

Lic. Brenda Chávez Hernández

  • Coordinadora de la Licenciatura en Ciencias del Deporte del Instituto Universitario AMERIKE
  • Graduada del Doctorado en Ciencias de la Educación por la Universidad Santander
  • Graduada de la Maestría en Educación Preescolar Por la Universidad Santander
  • Especialidad en Gestión y Administración de instituciones por la Universidad Pedagógica Nacional
  • Licenciada en Educación por la Universidad Pedagógica Nacional
  • Graduada de la Licenciatura en Educación Física por la Escuela Superior de Educación Física
  • Cursando la Licenciatura en Derecho en la Universidad Latinoamericana

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