Repensar nuestra profesión, en la víspera de los 100 años de la creación de la Secretaría de Educación Pública en México.

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Por Edwin Albarrán

Bienvenidos a este espacio de reflexión estimado lector, nos referiremos a repensar la profesión del deporte en México ante la amplitud de tan connotado concepto debo advertir que la polisemia del deporte nos lleva a considerar una compleja, subjetiva y contrastante realidad socio cultural, en especial en América latina.

Así en esta reserva del concepto deporte, se estima conveniente que acotemos nuestra postura epistemológica, es decir que cuando nos refiramos a deporte lo haremos pensando en todos aquellos conceptos reales y potenciales que la historia se ha encargado de establecer modelos o corrientes de pensamiento que se han amalgamado alrededor del término, por esta razón no se sienta ofendido cuando incluyamos a la cultura física, educación física, entrenamiento deportivo, ocio, recreación, aprovechamiento del tiempo libre, ciencias del ejercicio, ciencias aplicadas al deporte, ciencias de la actividad física, entre otros adeptos que se juzguen conveniente incluir, con la salvedad de que cada uno de ellos identifique su propia prosapia, su lenguaje, y sus consideraciones de propias de su estudio.

El papel de los profesionales del deporte requiere de repensar su pasado, su presente y su futuro, dicho por los estudiosos de la neuropedagogía para que en tiempos de conflicto las emociones que están alrededor de la profesión se liberen,  concilien y vinculen con el siglo XXI. Ante ello, ¿Cómo debe repensarse la profesión?

En principio la era del conocimiento de la actualidad exige que los profesionales midan su desempeño desde un actuar responsable, un segundo momento es que la sociedad mida los alcances que este profesional y finalmente el estado comparativo en donde se mida el rendimiento económico social de la productividad frente a otras profesiones. Quizá esta propuesta nos haga repensar la profesión desde un pensamiento crítico, se convertiría en un acto peligroso e incluso un desafío. Pero no todo queda aquí, analicemos los factores antes mencionados. 

La profesión en México tiene un pasado profesionalizante no tan lejano como en otras regiones del mundo. Se asume en diversos estudios que como profesión reconocida por la Secretaría de Educación Pública (SEP) a principios del siglo XX, en los albores de 1900. Ya con más idea después de la Revolución Mexicana hacia la etapa de la reconstrucción de México, y con el decreto presidencial de Álvaro Obregón hacia el 25 de julio de 1921 (ojo para estos días que se escribe este cumplirá 99 años,  25 de julio de 2020) y bajo la dirección del otrora Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) José María Albino Vasconcelos Calderón sucedía que

En este marco, en octubre de 1920, José Vasconcelos presentó ante la Cámara de Diputados la iniciativa de establecer “una dependencia federal cuyas funciones civilizadoras, llegaran no sólo a una porción privilegiada del territorio, no sólo al Distrito Federal (ahora Ciudad de México), sino a toda la República, necesitada, de un extremo a otro, de la acción del poder público y de la luz de las ideas modernas”. El propósito fundamental de su propuesta era la de “salvar a los niños, educar a los jóvenes, redimir a los indios, ilustrar a todos y difundir una cultura generosa y enaltecedora, ya no de una casta, sino de todos los hombres”. Vasconcelos planteó la creación de una institución que atendiera la educación, las bibliotecas públicas y la cultura en el país. (Ávila, 2015)

Nuestro pasado profesional entonces ve la luz del horizonte no hace más de un siglo, lo hace desde una institución prospera con los ideales liberales más brillantes como el de los ilustres: Juan Ignacio Paulino Ramírez Calzada, Ignacio Manuel Altamirano Basilio, Benito Pablo Juárez García, Gabino Eleuterio Juan Nepomuceno Barreda Flores, Justo Sierra Méndez, entre otros quizá el que recopila su ideal es Vasconcelos. A la postre, una vez  institucionalizada la SEP, se estructura el camino como la Escuela Universitaria de Educación Física (1928), Escuela Normal de Educación Física (1936-1960), Escuela Superior de Educación Física (1976), la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos (1986); se debe mencionar que en el norte del país (1956) en el Estado de Chihuahua nacía la Escuela de Educación Física (hoy Facultad de Ciencias de la Cultura Física de la Universidad Autónoma de Chihuahua), la Escuela de Licenciatura en Organización Deportiva (hoy Facultad de Organización Deportiva) de la Universidad Autónoma de Nuevo León  (1974) abría sus puertas, y así lo hacían a lo largo y ancho del país poco a poco la oferta profesional se incrementaba hacia los años ochenta, por ejemplo en Guadalajara la Licenciatura en Cultura Física y Deportes (1982) de la Universidad de Guadalajara. En esta breve línea del tiempo no es nuestro deseo dejar a un lado a otras instituciones que quizá los lectores a su parecer deban estar. Sin embargo eso será tema de otro trabajo. Lo importante es que en este desafío del pasado se libere el ideal de los que nos legaron esas grandes instituciones que hoy ven reflejando el fruto de sus pensamientos. Pero advertía el notable Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santaya cuando refería lo siguiente “The one who does not remember history is bound to live through it again”

El presente ha de valorarse en la dimensión de nuestro pasado, las demandas sociales son otras en nuestro contexto social, cultural, político y económico. En la era actual de la gestión del conocimiento según Bulat 2008, el mercado laboral exige competencias más especializadas, incluyendo una inteligencia contextual con la capacidad de la adaptación al cambio que incluye una capacidad de observación externa (lo que pasa a nuestro alrededor) como interna (quiénes somos, qué queremos hacer y qué podemos hacer), entre otros temas aspiracionales como la estabilidad laboral y el desarrollo de carrera. La estabilidad laboral se logrará según la economía globalizada permita no hacerla obsoleta, en tanto se piense competitiva y novedosa, es decir la profesión realmente ha cumplido con el cometido de atender las demandas sociales al interior y al exterior del sistema educativo con el cual nacieron. Y el desarrollo de carrera tiene que ver con el impacto social de una profesión que se perciba socialmente activa, única, diferenciada de las otras profesiones. 

Estas conjeturas nos harán repensar e incluso reinventar nuestra profesión, hacia el futuro. Es obligatoria una profunda revisión del factor humano, de los sistemas educativos responsables de preparar a los futuros profesionales del área deportiva en cualquiera de sus manifestaciones y un perfil anhelado (deseable)  por la sociedad para revertir las condiciones sociales existentes en México, al menos las que se supone deberían dar resultados.

Qué estamos haciendo mal los profesionales del deporte, las instituciones formadoras y el sistema educativo e incluso la sociedad civil. Cómo nos califica la sociedad respecto al cumplimiento de estándares normativos en las áreas: educativa, de salud, gestión deportiva o entrenamiento deportivo donde se encaja la intervención profesional. Comparados con los arquitectos, ingenieros, médicos, abogados, contadores y diversidad de profesionistas que tienen especialidades novedosas e innovadoras capaces de organizarse en comunidades como colegios de profesionistas con amplia cobertura social organizada, que les sirve para regenerarse o repensarse.

El resultado propio de la ficción es un país sumido en el tercer mundo, la desigualdad social, la pobreza, la ignorancia, el fanatismo (religión y futbol) y el conformismo, que al igual trastoca a los profesionales que hemos acompañado esa realidad social ya que se está alejados de situaciones como las enfermedades crónico degenerativas como la globesidad, la falta de reconocimiento social del sistema educativo o no educativo que desconoce la profesión con los bajos sueldos y salarios, corrupción en el deporte, la limitada oferta laboral, el clientelismo, la sobre demanda en los espacios educativos y laborales, así como el analfabetismo motriz de nuestra población. 

     Especular es sencillo, pero las propuestas y alternativas de solución disminuirán estas problemáticas en función de la calidad de profesionales que deseamos, desde el perfil de ingreso en las instituciones formadoras e incluyendo que consideremos salir del listado de profesiones o licenciaturas de mayor informalidad.

 Con base en el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. que publica el índice de competitividad estatal (2020), muestra en el apartado III la medición del subíndice de la sociedad incluyente, prepara y sana, que es un referente del comportamiento cuantitativo en función a 

Mide la calidad de vida de los habitantes de cada entidad federativa al analizar el acceso que tienen a bienes y servicios agrupados en las siguientes tres áreas: inclusión, educación y salud. Estos sectores dan un indicio de las oportunidades que existen en un estado para formar, atraer y retener capital humano e inversiones. Por ello, este subíndice considera indicadores de pobreza, desigualdad, rendimiento académico, oferta médica, servicios de salud y condiciones socioeconómicas. Una entidad que ofrece altos niveles de calidad de vida para toda su población es más justa y competitiva.

  Son perspectivas que vale la pena consultar para aspirar a ser un sector atractivo para la sociedad que marque la diferencia, un sector deportivo de clase mundial. Un sector que asuma tanto lo sistemático como asistemático su papel. Es sistemático en el orden y el caso de la gran labor de los profesionales en educación física, pero que no trasciende para ser de impacto social porque se queda en las cuatro paredes escolares, que se ve rebasado cuando el niño llega a casa y olvida la actividad física periódica, no es sólo la carga de la actividad física escolar, mucho menos que el sistema no aceptará tan fácil elevar la carga horaria escolar para incentivar la tarea motriz de los programas de estudio escolares. Y es asistemático porque el país se le olvida que sólo un porcentaje de niños y jóvenes asisten a la escuela por una u otra razón, a estas comunidades vulnerables quién las provee de cultura física, si apenas alcanzan para alimentarse. Basta revisar las cifras del informe 2019 del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación en México (INEE) del ciclo escolar 2017-2018, que comunicaba que  el total de población escolar o total de educación obligatoria desde preescolar, primaria, secundaria y media superior fue estimada en 30 684 470 (millones) de alumnos, esta es la población dentro del sistema. Según la encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2015) estimó que en México el 96% de las niñas y niños de 6 a 14 años asisten a la escuela. Pero la población fuera del sistema educativo (asistemático) podría representar un importante volumen que junto con la comunidad que deserta cada año del sistema educativo. 

Finalmente, la clave está en cada uno de nosotros parafraseando a Bulat, 2008 es adoptar siempre una actitud de alerta ante todas las oportunidades que se puedan presentar. El arte de repensar nuestra profesión pretende servir de estímulo para que enfrentemos con nuestras propias herramientas el contexto cambiante en el cual vivimos, de forma que sepamos detectar las ocasiones cuando éstas aparezcan en escena para los festejos de los primeros 100 años de la SEP. 

Julio, 22 de 2020

Edwin Román Albarrán Jardón 

Maestro en Gestión Deportiva por la Universidad de La Salle Bajío (México)

Profesor de Tiempo Completo de la Licenciatura en Cultura Física y Deporte.  Universidad Autónoma del Estado de México.

eralbarranj@uaemex.mx, @GedMexico

Bibliografía 

Hernández, David; Recorder Geoffrey (2015). Historia de la Actividad Física y el Deporte. México. 63 p. 

IMCO(202). Que no vuelva a pasar: estados prevenidos valen por dos.   

México. 222 p.

Mesografía

https://redescolar.ilce.edu.mx/sitios/micrositios/25_julio_SEP_creacion/

https://www.leadersummaries.com/ver-resumen/el-arte-de-inventarse-profesiones#

https://imco.org.mx/indices/

https://www.inee.edu.mx/medios/informe2019/stage_01/tem_05.html

http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/asistencia.aspx?tema=P

Edwin Albarrán

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