Por Edwin Román
Bienvenidos a este espacio de reflexión estimado lector, en esta ocasión nuestra pluma aborda el tema del ADN de la Gerencia Deportiva en México para cocrear la profesión del deporte ante el recién concluido Foro Iberoamericano de Gerencia del Deporte Capítulo II, Quito Ecuador 2020, en donde participaron diferentes gestores deportivos de Hispanoamérica: Ecuador, Chile, Portugal, Brasil, España, Colombia, Venezuela, Argentina, Puerto Rico y desde luego con la aportación de México entre otros países de América latina.
Grandes personalidades del mundo de la industria del deporte desde el ámbito académico, la investigación y gerentes deportivos de todos los sectores se reunieron durante 3 días en este mes de agosto (2020), para analizar, dialogar y mostrar experiencias en el mundo de la gestión deportiva. De elevada palestra las discusiones y reflexiones se mantuvieron en un ritmo desafiante. Un foro con el notable liderazgo de los pares ecuatorianos, el Centro de Investigación en Estudios del Deporte (CIED). A quienes desde este espacio les enviamos nuestras felicitaciones por tan dignificante y loable labor. Donde se escucharon 19 ponentes que documentaron en un manifiesto las propuestas hacia la gerencia deportiva.
Y es que, sí nos ha leído en esta columna del Deporte No Descansa, se dará cuenta que los cambios en la manera de gestionar las organizaciones deportivas son tan diversos como líderes y profesionales del deporte existen, desde organizaciones privadas, públicas y mixtas. Por lo que el Foro nos permitió conocer diferentes posturas que dimensionan los alcances del gestor deportivo en las instituciones y organizaciones deportivas. Cabe mencionar que en esta ocasión México presento dos propuestas con alcance en el ámbito de la investigación.
El liderazgo es uno de los elementos sustantivos para que las organizaciones deportivas trasciendan al nuevo espacio de la aldea global del conocimiento acerca de cómo están gestionando el deporte en Hispanoamérica.
América, en esta parte de la región económica con un grado de subdesarrollo semejante, además per se con un atraso educativo, social y cultural recurrente, dada las condiciones de rezago en factores como la pobreza, la salud, la alimentación, el deterioro ambiental, etcétera, que indica la Organización de Naciones Unidas (ONU); este escenario nos reta a conversar sobre las problemáticas divergentes y convergentes en nuestros ecosistemas deportivos, planteando alternativas de solución desde la gestión deportiva en Hispanoamérica. Entonces, México no debe por esta razón, seguir siendo un país subadministrado como lo ha comentado Sergio Hernández y Rodríguez.
En este contexto durante el Foro Iberoamericano de Gerencia del Deporte Capítulo II, se versó sobre temas de actualidad y casos sobre las políticas públicas, modelos administrativos, tecnologías de la información y comunicación, ambientes digitales, la mujer en puestos de gestión deportiva, mercadotecnia deportiva, legislación deportiva, ética y liderazgo.
Justamente los gestores deportivos de Ecuador nos muestran como la sinergia entre pares es posible, rompiendo barreras culturales, sociales y geográficas; ya que la propuesta de liderazgo hacia el acercamiento del estudio de la gestión nace del CIED por segunda ocasión; para descubrir qué acontece en el sector Iberoamericano de la gerencia del deporte.
El eje directriz del foro fueron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda mundial 2015-2030 de la ONU, que brindan un marco de excelencia en la organización que oriento el rumbo estratégico de este espacio de investigación.
Con base en la prospectiva de México, la línea a seguir para transcender desde la organización deportiva o escenario laboral del gestor deportivo es el liderazgo estratégico, basado en la ética y responsabilidad social. Pero revisemos estos conceptos: liderazgo y ética, bajo la revisión de un elemento toral, la corrupción.
El tan llevado y traído concepto de CORRUPCIÓN, es una acción tan longeva como la misma humanidad. En América no es la excepción y en la gestión deportiva es la nota de todos los días, en organizaciones deportivas como federaciones o federativos, asociaciones o asociados, clubes o socios, etcétera.
Del latín corruptio, (RAE, 2020) entre otros adeptos “las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”. Pero evidentemente no sólo las públicas sino todo aquel organismo social vivo compuesto por el -Homo sapiens sapiens- ya que constituye desde la antropología social “parece una condición sine qua non referirnos a la cultura como factor determinante de la condición de persona humana”.
Ante tal irreverencia humana, esta condición en los gestores deportivos aparece en nuestro tiempo como aquella plaga social de poder universal, en todos los órdenes de las organizaciones deportivas, capaz de contagiar a connotadas instituciones públicas deportivas u organizaciones privadas; nos reservamos el derecho de mencionar o señalar alguna, a aquellos agentes deportivos que con título académico o sin título académico denigran nuestra tan afable profesión de gestores deportivos, ya que la plaga cultural no respeta condición social, raza, sexo, nivel cultural o económico en Latinoamérica.
Verbigracia el sistema deportivo mexicano como el máximo organismo rector del deporte, o en cualquier ámbito ya sea federal, estatal o municipal, algunas federaciones, asociaciones, clubes de abolengo del futbol del máximo circuito y estamos seguros en clubes y gimnasios que se distribuyen a lo largo y ancho del país sin estar registrados en algún censo normativo del deporte. Instancias diversas que carecen de un notable gestor deportivo con principios, valores y axiomas profesionales que permitan asumir un liderazgo ético que transforme sus organizaciones en ecosistemas saludables libres de la plaga social llamada, corrupción.
La calidad de vida de los organismos deportivos de cualquier ámbito empieza por sus micro entorno o ambiente interno de su organización. Por esta razón ser persona es
En lo que Nietzsche llama la incapacidad humana de perecer o de hacerse responsable de sí mismo, en esa situación de permanente escapatoria de la mortalidad, de la carne, de lo perecedero, es que surge la persona como ser excepcional. La sacralización de su ser reviste al humano de un carácter especial y lo distingue de los demás animales (sin olvidar que es también animal) (Caldebenito, 2007).
El sentido social de las personas, aquellas que dirigen las organizaciones deportivas está centrado en cocrear modelos de cultura organizacional clave para determinar el poder de liderazgo actual que requieren las organizaciones, es el desafío actual de la gestión deportiva: Un paradigma de liderar estratégicamente desde los valores humanos, es construir estándares de calidad desde una visión de persona íntegra, antes que gestor o gestora, somos personas y trabajamos con y para personas.
El éxito gerencial caminará por el sendero adecuado a medida que las competencias profesionales, las habilidades directivas y la capacidad de resiliencia mantengan o desarrollen un equilibrio en el ADN personal de la cocreación de ambientes de trabajo productivo y de calidad organizacional. La profesionalización es parte pero no lo es todo.
Finalmente, parafraseando a Celma, 2020 “el verdadero éxito es el que se consigue sin renunciar a tus principios”. El ADN se acompañara también con la cultura de paz en las organizaciones deportivas sin violencia, con igualdad de género, dando acceso a la diversidad de la gerencia deportiva y lo mejor desempeñando una gerencia estratégica modelo.
Edwin Román Albarrán Jardón
Maestro en Gestión Deportiva por la Universidad de La Salle Bajío (México)
Profesor de la Universidad Autónoma del Estado de México
Director de Gestión Estratégica Deportiva México
eralbarranj@uaemex.mx, @GedMexico
Mesografía
https://dle.rae.es/corrupci%C3%B3n
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-569X2007000100008
